El universo tiene 13.730 millones de años
Las observaciones de la luz más antigua que existen están permitiendo a los científicos ajustar la edad del universo con precisión cada vez mayor. La última datación indica que el cosmos empezó hace 13.730 millones de años (120 millones de años arriba o abajo), según los datos de la sonda espacial Wmap, de la NASA. Esto supone reducir la incertidumbre de esa edad en varias decenas de millones de años respecto a estimaciones anteriores.
El satélite es capaz de ver la luz más antigua del cosmos. Se emitió unos 380.000 años después de la explosión inicial, cuando el universo primitivo ultracaliente y ultradenso se había enfriado lo suficiente como para que los protones y electrones se combinaran formando átomos. Esa luz que permea todo el cosmos se ha enfriado y ahora se observa como radiación muy fría de fondo, en el rango de microondas, que es lo que ve el Wmap. Esa radiación lleva la huella de los procesos antiguos del universo.
Los científicos presentaron la semana pasada los últimos datos obtenidos con el Wmap y destacaron varios descubrimientos. Por una parte, han encontrado pruebas de que las primeras estrellas empezaron a brillar 400 millones de años después del Big Bang, su luz empezó a romper átomos de hidrógeno y se creó una especie de niebla cósmica de electrones, informa The New York Times.
Por otra, han descubierto nuevas pruebas de que el universo está bañado en un mar de neutrinos cósmicos, partículas subatómicas que apenas tienen masa. Sin embargo, cuando el universo tenía 380.000 años, los neutrinos suponían el 10% del cosmos, los átomos eran el 12%, los fotones el 15% y la materia oscura (que todavía no se sabe lo que es, pero cuya presencia se nota por su efecto gravitatorio en las galaxias), el 63%. La composición del cosmos ha cambiado en su evolución y la misteriosa energía oscura, que era despreciable en el universo primitivo, es dominante ahora (72%), mientras que los neutrinos suponen menos del 1%.
Los resultados de Wmap han servido también para probar las teorías sobre la llamada inflación cósmica, un crecimiento tremendo del universo en la primera billonésima de segundo de su existencia. "Los nuevos datos descartan muchas ideas que intentan describrir este crecimiento explosivo del universo primitivo", ha comentado Charles Bennett (Universidad Johns Hopkins, EE UU), investigador principal del satélite. Pero, a la vez, otros modelos de inflación salen reforzados, resultan más verosímiles, tras los análisis de las nuevas observaciones.
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