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Entrevista:ABBONDANZIERI | Portero del Getafe

"No soy un gran volador"

José Marcos

Son las diez de la mañana y Roberto Carlos Abbondanzieri (Bouquet, Argentina; 35 años) se asoma por la cantina del Getafe "afónico perdido". Como cada día, Juan, el tabernero, le lleva a la mesa un donut y un café con una pizca de leche. El Getafe, vencedor en la ida por 1-2, recibe mañana al Benfica en la vuelta de los cuartos de final de la Copa de la UEFA.

Pregunta. Eligió el Getafe porque estaba harto de viajar de un lado para otro con Boca Juniors. Después de nueve temporadas así, lo que buscaba era un lugar donde vivir tranquilo.

Respuesta. Este año me falló, ¡ja, ja, ja! Pero, bueno, si le voy a sacar algo positivo a la presencia del equipo en las semifinales de la Copa del Rey y tan avanzados en Europa es que los viajes son algo más cortos aquí que en Suramérica. Allí las distancias son enormes. Si hubiese tenido un año como éste en Argentina, sólo aparecería por casa dos días a la semana.

P. ¿Y qué le dicen sus hijos?

R. Que me vaya por ahí un poquito. ¡No están acostumbrados a verme tanto! Ya en serio, la diferencia con el año pasado es que cada 15 días nos íbamos por ahí porque teníamos los martes libres. Incluso podíamos preparar mejor los partidos. Ahora es imposible, pero, aun así, llevamos nueve encuentros sin perder. Eso no significa que el cansancio y las lesiones no vayan a llegar. Es imposible que no te pase nada a este ritmo.

P. Está comiendo un donut cuando Antonio Escribano, el nutricionista del club, reniega de la bollería. Hasta recomienda no beber ni un vaso de vino.

R. ¡Pues yo bebo mucha cerveza! Mire, no pretendo entrar en ninguna polémica, pero, con casi 36 años, lo que quiero es disfrutar, divertirme. Está bien que nos vigilen la dieta, pero a veces hay que dar cierta libertad. Dar algo al jugador. Un vaso de vino, una cerveza cuando terminas un partido, no te quita nada. Ya sabes lo que te va a hacer bien y lo que no. Al final, te perjudicarías a ti mismo.

P. ¿Qué diferencia hay entre el Getafe de Bernd Schuster y el de Michael Laudrup?

R. El año pasado parecía imposible que nos pudieran llegar. Y, si lo hacían, te chutaban agobiados. Esta campaña cambiamos dos o tres veces el sistema. Que si el doble pivote o el rombo en las primeras jornadas... Pero la estructura básica es el 4-4-2 o el 4-4-1-1. Eso, en función de las rotaciones, y salir a por el balón. El equipo quiere la pelota. Salvo en Murcia, donde por primera vez en el curso no tuvimos la posesión del balón. Pero fuimos inteligentes. Estuvimos efectivos.

P. No es lo normal. Los delanteros no dan miedo.

R. Pero tenemos muchísimos goles de los volantes. Quizás no jugamos tan frontal como antes, pero los de arriba abren muchos espacios, arrastran a los defensas a las bandas... Pero, claro, ¿qué le pides a los delanteros? Pues goles.

P. En Lisboa perdonaron. ¿Les falta instinto asesino?

R. Nos relajamos cuando el Benfica se quedó con diez por la expulsión de Cardozo. Y, no sé si es psicológico o qué, jugamos mejor contra once. No pensábamos que nos podrían marcar con uno menos, pero, jugando de local y tratándose del Benfica, siempre puede pasar. Acaso sea un exceso de confianza o que todavía no hayamos aprendido a matar los partidos. Pero poquito a poco.

P. La sensación es que el Getafe es una piña. Llegan una hora antes a los entrenamientos, desayunan juntos... ¿Era así en Boca?

R. ¡No, para nada! Las pocas veces que podías desayunar lo hacías dentro del vestuario o en tu casa. Boca es un club grande, como lo pueden ser el Madrid o el Barça. Aquí estoy tranquilo. El ambiente ya era así la temporada pasada. Siempre fue así, no es que ahora hagamos pandilla por que los resultados acompañen, por ir bien. Lo lindo es que aquí sí puedes disfrutar del fútbol. Haces una vida normal. Nadie te molesta. Me siento como un chaval de 25 años.

P. Casi la edad de Ustari, el fichaje más caro del Getafe: seis millones de euros. ¿Le recuerda sus tiempos a la sombra de Córdoba?

R. Óscar sabía que tendría que esperar su oportunidad. Le expliqué que yo tuve que hacerlo durante casi tres años para debutar con Boca. ¡Él lo ha hecho a la primera! No se tiene que volver loco. Es muy difícil entrenarse mucho para no jugar nada, pero nuestro puesto es muy complicado. No es muy conveniente hacer muchos cambios. Puedes perder la conexión con los compañeros.

P. Apenas puede hablar. Usted siempre ha dicho que el mejor portero es el que dialoga con los compañeros.

R. Sí, porque es el que tiene una visión mejor de lo que sucede en el campo. Lo suyo es que acomodes a los defensas con frases cortas. Que seas claro. Otra historia es que haya porteros que hablen más que otros. A veces, simplemente, para sacarte los nervios de encima. También los hay que insultan. A mí no me gusta levantar los brazos, gesticular ni decir ninguna barbaridad a nadie. Igual lo hago si tengo mucha confianza con el jugador. Si no, es muy difícil que le recrimine algo.

P. El vestuario le alaba por su manejo con el pie.

R. Trato de darles opciones. No me gusta tirar el balón porque sí para arriba... Yo voy a morir con eso, aunque me salga mal. En mis inicios fui defensa. Quizás por eso me relaje el contacto con el balón. Además, el portero ha cambiado mucho en estos últimos años. Te dan mucha más posibilidades de juego. No basta con lanzarla con la mano y ya está. Las cosas salen mejor con compromiso.

P. ¿Por eso no elige los dorsales ni se permite una palomita? ¿Por qué huye de los focos?

R. No sé cuándo fue mi última palomita. No soy un gran volador. Prefiero anticiparme a hacer un paradón. Hay muchísimas cosas que las hago fáciles. Me das un par de botas y las usaré todo el año. Me das un par de medias y me las pongo. No me fijo si me quedan bien o mal. El fútbol es más sencillo de lo que parece.

Abbondanzieri, ayer en las gradas del Coliséum Alfonso Pérez.
Abbondanzieri, ayer en las gradas del Coliséum Alfonso Pérez.PAULA VILLAR

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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