Feijóo se felicita de que el PP siga como "primera fuerza" en Galicia
Obvia el retroceso en Ourense donde su partido pierde un escaño
El PP gallego no le tiene fe a las encuestas. Pero durante toda la jornada de ayer le sirvieron para abandonar la idea de llevar a un gallego a La Moncloa y para amortiguar el golpe que le depararon las urnas en Galicia. Así que a las nueve de la noche, descartado su principal objetivo en estas elecciones, los líderes populares se aferraban al título de primera fuerza en Galicia - que los sondeos a pie de urna le negaron durante horas- y apelaban a sus 11 diputados, frente a los 10 del PSOE y los 2 del Bloque.
Nadie hizo la cuenta con el bipartito y el retroceso en Ourense, donde los populares perdieron la hegemonía en la provincia al ceder un diputado al PSOE, fue obviado por los dirigentes populares.
Por el secretario general en Galicia, Alfonso Rueda, quien se mostró optimista y abogó ya a primera hora por olvidar las encuestas de las televisiones. "Tenemos razones para el optimismo que nos permiten asegurar el triunfo del Partido Popular en Galicia".
La estrategia la había fijado poco antes, a su entrada en la sede de San Lázaro en Santiago, el presidente regional Alberto Núñez Feijóo, después de despachar unos minutos por teléfono con Mariano Rajoy. Por eso, Feijóo retrasó su comparecencia hasta que estuvo escrutado cerca del 90% del voto y se confirmó la victoria del Partido Socialista en España y los once escaños del PP en Galicia. Pegado a un teléfono en su despacho y rodeado de sus más fieles colaboradores mató la espera en su despacho repasando los porcentajes de participación hasta que llegó su cita con las cámaras.
Feijóo esgrimió entonces su "victoria en todas las provincias de Galicia" y recordó que "nunca antes el PP había logrado ganar por cuatro puntos en unas generales partiendo desde la oposición en una comunidad". "Sacamos mejores resultados y ganamos por más margen en Galicia que los socialistas en el conjunto de España", insistió el dirigente popular. Para entonces las caras habían cambiado para mejor en la sede regional del partido donde la fontanería llegó a temer por el escaño de A Coruña.
En el improvisado plató de prensa una pantalla de plasma recordaba el lema ya obsoleto que ha acompañó durante semanas a la caravana popular. "Con Rajoy es posible".
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