Cataluña y Euskadi salvan al PSOE

La campaña electoral más presidencialista concluyó con un 84% de los electores votando a PSOE o PP. La tendencia al bipartidismo es creciente desde 1989, cuando los dos principales partidos sumaron el 65,4% de los votos. Eso explica que ayer socialistas y populares subieran en diputados respecto a 2004. Con el 99,95% escrutado, ambos mejoran en cinco escaños: el PSOE 164 a 169 y el PP, de 148 a 153.

El PSOE subió en cuatro comunidades: Aragón, Canarias y, de forma más contundente, en Cataluña y País Vasco. Y lo hizo a costa de Chunta Aragonesista, Coalición Canaria, Esquerra Republicana (que se hunde, de ocho a tres diputados) y PNV. Por primera vez desde 1993, los socialistas son la fuerza más votada en el País Vasco. Allí gana un diputado a costa del PNV, que pierde por primera vez en Vizcaya, y le arrebata otro al Partido Popular.

Los socialistas disparan sus resultados en Cataluña, donde pasan de 21 a 25 diputados, casi la misma subida que registran a nivel nacional. La crisis del AVE no pasa factura a la lista que encabezó Carme Chacón. Pese a que el PP gana un escaño en Cataluña, la brecha entre socialistas y populares en Cataluña asciende de 15 escaños en 2004 a 18. Pero con el 99,95% escrutado, el PP aún podía recuperar uno en Barcelona.

El PP, que obtuvo 148 escaños en 2004, llega a los 153. Los populares mejoran sus ya espectaculares resultados de Madrid, Valencia y Murcia. En las dos últimas se llevan los dos nuevos diputados por población y en Madrid le quitan uno al PSOE.

En Andalucía, donde había también elecciones autonómicas, el PP se apodera del nuevo escaño en Almería y le arrebata al PSOE un diputado en Málaga, donde ni la llegada del AVE ha permitido a los socialistas mantener los resultados de 2004, y en Cádiz, pese a la presencia de Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE. Éste se une a Mariano Fernández Bermejo (en Murcia), María Teresa Fernández de la Vega (Valencia), Bernat Soria (Alicante) o Cesar Antonio Molina (A Coruña) en la lista de ministros que empeoran los resultados del PSOE en 2004 en sus circunscripciones.

En Castilla-La Mancha, ni el tirón de José Bono permite a los socialistas mejorar sus resultados: el PP sube un diputado y el PSOE se mantiene (la comunidad gana un diputado por población).

El gran perdedor de los comicios es Izquierda Unida, que obtiene el peor resultado de su historia, sólo comparable al 4% de votos -y cuatro diputados- que recibió el Partido Comunista de España en 1982. Desde 1996, cuando obtuvo 21 escaños, la formación de izquierdas no ha hecho más que caer. IU lo atribuye al sistema presidencialista que de facto se ha instalado y a la Ley Electoral, que le impide obtener diputados en la inmensa mayoría de las provincias. IU pierde el 25% de los votos pero el 60% de los escaños y conserva sólo dos (Barcelona y Madrid). Así, la coalición de Gaspar Llamazares se queda sin grupo parlamentario.

La sangría no la rentabiliza el PSOE, sino partidos como Unión Progreso y Democracia en Madrid -Rosa Díez estará en el Congreso- o CiU, que sube uno en Barcelona. Los socialistas estaban convencidos de que si la participación superaba el 71% obtendrían la victoria. Al final, votó un 75,33% del censo, muy cerca del 75,66% que acudió a las urnas en 2004 tras la enorme movilización del 11-M.