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Reportaje:

Los nuevos 'enfants terribles' de la Bolsa

La gran chequera amasada por los fondos soberanos despierta recelo entre los políticos, pero alivia a muchas empresas

David Fernández

Los nuevos bárbaros ya campan en los mercados financieros. Los inversores, que se habían familiarizado anteriormente con las empresas de capital riesgo (private equity) y los fondos de alto riesgo (hedge funds), deben añadir un elemento nuevo para completar la santa trinidad de los enfants terribles de la industria contemporánea del dinero: los fondos soberanos.

Estos fondos son de titularidad pública y han amasado dos billones de euros en activos. Semejante munición inversora tiene su origen en dos fuentes: el repunte en los precios de las materias primas y el acopio masivo de divisas extranjeras por parte de algunos países asiáticos. Las autoridades económicas de los países occidentales recelan de ellos, achacándoles falta de transparencia. Muchas empresas, principalmente instituciones financieras, reciben sus fondos como agua de mayo para zurcir el roto que han hecho las hipotecas basura en sus balances.

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"Los fondos soberanos se han convertido en uno de los actores más importantes de los mercados", explican desde Citigroup en un reciente informe. "Particularmente, ahora que la crisis crediticia ha cortado las alas a aquellos inversores dependientes del préstamo bancario como el capital riesgo y los hedge funds".

Crecimiento imparable

Los fondos soberanos existen desde la década de los cincuenta del pasado siglo. Algunos países exportadores de petróleo decidieron crear estos instrumentos para rentabilizar el dinero recaudado por la venta de crudo. Pero no ha sido hasta hace unos meses cuando el mercado y los políticos no han reparado en ellos. ¿Qué ha cambiado? "Pues el importante crecimiento tanto del número de fondos como del capital bajo gestión y, por lo tanto, el potencial impacto que pueden tener sobre los mercados e incluso sobre la economía", sostienen en una nota los expertos de JPMorgan.

De acuerdo con los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), los activos de los fondos soberanos en 1990 alcanzaban apenas 333.000 millones. Actualmente, se sitúan en dos billones y la previsión es que alcancen los 6,6 billones en 2012. Los países que tienen estos fondos superan la veintena y muchos otros están pensando en crearlos (Brasil, por ejemplo). Los más importantes por tamaño son los de Emiratos Árabes, Noruega, Arabia Saudí, Kuwait, Singapur, China y Rusia.

"Estos inversores representan una importante fuente potencial de capital para aquellas compañías que busquen alternativas de financiación y pueden ayudar a realizar nuevas adquisiciones estratégicas", según los analistas de Citigroup. En el banco estadounidense saben bien el papel de los fondos soberanos ya que su mayor accionista ahora es uno de ellos. Abu Dhabi Investment Authority tiene el 4,9% del capital.

El interés del fondo árabe por el negocio financiero no es exclusivo. Otros fondos soberanos también han hecho adquisiciones accionariales en Merrill Lynch, UBS, Morgan Stanley o Barclays. Además, estos inversores han entrado en el capital de EADS, Sony e incluso en compañías de capital riesgo como Blackstone y Carlyle. En España todavía no ha desembarcado ninguno de estos inversores, aunque los accionistas de Colonial están negociando la venta de la inmobiliaria con Investment Corporation of Dubai.

Esta exhibición de músculo financiero ha hecho saltar la señal de alarma entre las autoridades económicas. Primero fueron el G-7 y el FMI los que pidieron mayor transparencia a los fondos soberanos, y en las últimas semanas se ha sumado la Unión Europea.

Los bancos de inversión defienden el comportamiento de estos fondos. "Por su puesto que lo ideal sería un mundo lleno de transparencia. Sin embargo, los fondos soberanos no son las únicas instituciones opacas. ¿Por qué no se han quejado antes? Muchos países han invertido durante años en bonos estadounidenses y nadie ha dicho nada", argumentan desde Goldman Sachs. Para este banco, la emergencia de los fondos soberanos es una razón más para pensar que las actuales estructuras económicas (G-7, FMI y Banco Mundial) necesitan una "urgente revisión".

Los desvelos de los políticos son tres. Primero, el rápido crecimiento del volumen de activos que manejan estos fondos. Sobre el total de activos del mercado las cifras no son muy relevantes, pero las autoridades tienen muy presente que los hedge funds, con bastante menos dinero que los fondos soberanos, han sido capaces de provocar más de un desaguisado al sistema financiero internacional. En segundo lugar, advierten que estos fondos, particularmente aquellos de más reciente creación, no proporcionan casi detalles sobre sus estrategias de inversión o la distribución de sus activos. Y, por último, los Gobiernos temen que muchas compañías de sectores calificados estratégicos (defensa, energía, telecomunicaciones) puedan acabar controladas por Gobiernos foráneos.

Los fondos soberanos intentan ganarse la confianza de Occidente con dos argumentos: el horizonte temporal de sus inversiones es a largo plazo y los flujos de dinero que proporcionan pueden ayudar a rebajar la volatilidad y la prima de riesgo actuales. ¿Se cumplirá ese dicho español de que lo que no mata te hace más fuerte? Habrá que esperar para comprobarlo. Lo que sí parece claro a estas alturas es que los fondos soberanos han llegado para quedarse (por mucho tiempo).

Emiratos Árabes, Arabia Saudita y Kuwait (en la imagen su Bolsa), lideran el desembarco  de los fondos.
Emiratos Árabes, Arabia Saudita y Kuwait (en la imagen su Bolsa), lideran el desembarco de los fondos.BLOOMBERG

¿Qué impacto tendrán en mis acciones?

El tamaño de los fondos soberanos es cada vez más significativo. En los últimos años son ya muchas las voces que sugieren que sus movimientos influyen en los precios de los activos financieros. Algunos analistas señalan que el euro, por ejemplo, ha estado soportado por la diversificación de los ahorros de los países exportadores de materias primas a otras divisas distintas del dólar. Otros muchos han sugerido que el famoso connundrum (enigma) del que hablaba Alan Greenspan para referirse al contrasentido de que mientras los bancos centrales subían los tipos la rentabilidad de los bonos se mantenía baja era resultado de la compra masiva de renta fija por parte de los fondos soberanos. Y en los últimos meses, se argumentaba que la necesidad de los fondos de abrir el abanico de inversiones hacia la renta variable puede estar detrás de la burbuja de algunas cotizaciones.

Jim O'Neill, economista jefe de Goldman Sachs, relativiza la importancia de estos impactos. "Es difícil creen que la actividad de los fondos soberanos pueda influir en el precio de la mayoría de divisas", señala. En cuento al mercado de bonos, este experto opina que la sobrevaloración de estos activos disminuirá en la medida en que los fondos soberanos vayan diversificando su cartera. Por lo que se refiere a la renta variable, un mercado que no es tan grande como el de contratación de divisas, O'Neill señala que si todos los fondos soberanos desplazan su cartera hacia la Bolsa, "entonces sí podrían soportar los precios de las acciones en algún grado". No obstante, este economista vuelve a relativizar su impacto: "Las autoridades chinas anunciaron la compra de un 10% en el estreno bursátil de Blackstone y sus acciones no han hecho que caer desde entonces".

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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