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Columna
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Útil subversión

Cuando el comisario de exposiciones Juan de Nieves, director artístico del Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC), aterrizó en 2005 en el museo de la ciudad levantina, caía desde una altura de vanguardia intelectual con seguridad excesiva a esa localidad de familias de siempre con chalé de tres plantas y que tiene en su haber catastral la vergüenza urbanística, paisajística, social, ética, estética y fiscal de Marina d'Or. Que el museo de Castellón, ciudad cuya imagen y banda sonora más recientes son las de un Luis Aguilé con gorra marinera y botón de ancla, despertara un día con una prótesis que se adhería a su fachada más visible, como un Lego orgánico o un Spiderbuilding dispuesto a trepar por sus muros con el poder de quien abarca el aire y la calle y la libertad de quien manipula la intemperie, superaba, sin duda, no ya las expectativas políticas de los fabras varios y de los émulos zaplanas sobrebronceados, sino su más pura y simple imaginación. Eso no se lo figuraban los figurantes de salón ni los figurativos de comedor. Prótesis institucional, la producción en el EACC del arquitecto Cirugeda, que nacía de la reflexión entre éste y Juan de Nieves "en torno a los nuevos usos y disponibilidades de un centro de arte (...) a la construcción del espacio público, a la intervención ciudadana y a las estrategias de organización y las nuevas alternativas que desde las prácticas artísticas se cuelan en el escenario urbano", venía a impactar como un seísmo en sus rectangulares mentes de ladrillo: aquello no podía ser sino una provocación, un escándalo marginal, una cosa nada artística, desde luego.

Construya su casa en una azotea, viene a decir el arquitecto Cirugeda

Un par de años después, sin embargo, Santiago Cirugeda ha plantado otra estructura en Madrid y puerta con puerta, como quien dice y Cibeles mediante, con el despacho del alcalde. Inscrita en la muestra de arte público Madrid abierto, la intervención de Cirugeda ha consistido en la instalación de una oficina, autoconstruida de manera ejemplar, para el asesoramiento sobre autoconstrucción en la ciudad, creación de cooperativas y fórmulas legales para la edificación de viviendas en espacios ciudadanos infrautilizados. Por ejemplo, las azoteas. ¡Eureka!

Construya su casa en una azotea, viene a decir Cirugeda, que se ha hecho experto en subvertir la realidad urbana a base de ocupaciones de espacios públicos y construcciones que retan a una injusta y contradictoria legalidad. Sugiere una manera de crear vivienda en arrendamiento sin coste de ese bien tan preciado que es el suelo, mediante la instalación de apartamentos reversibles en las azoteas de los edificios.

En la oficina de Alquiler de Azoteas, que hasta el 2 de marzo ha estado en Recoletos, el ciudadano ha dispuesto de un servicio gratuito de asesoría y construcción que incluye: redacción del contrato de arrendamiento (un convenio con la comunidad de copropietarios en cuyo inmueble se instalaría la prótesis doméstica, en el que se especifica que dicha vivienda no se podrá transmitir por venta, que su uso queda reservado al nuevo inquilino y su pareja, y que se respetará el régimen de convivencia por el que se rige el resto de los inquilinos); estudios de sobrecargas e instalaciones (a cargo del arquitecto Cirugeda y bajo su responsabilidad); materiales y dirección del montaje (a cargo del nuevo inquilino y evitando molestias a los vecinos; asimismo, las acometidas eléctricas y conexión con bajantes y tomas de agua se realizarían a través del inmueble situado en el ático, pudiendo formalizarse con el propietario del mismo el contrato de arrendamiento que justifique el ingreso a la comunidad, así como el empadronamiento); sin coste ni inversión por parte de la propiedad (bien al contrario, el nuevo inquilino pagaría por el uso de esa cubierta un alquiler mensual, durante cinco años, de 200 euros más gastos de comunidad, que revertirán en beneficio de la comunidad); rentabilidad inmediata. Promueve e instala: Recetas Urbanas, SC. "Dicha construcción", recuerda el Convenio de Cirugeda, "se equipara al resto de ampliaciones de viviendas y trasteros que se pueden observar en edificaciones vecinas. En nuestro caso, nunca superará el 30%, marcado por la ordenanza municipal, de la superficie donde se instala".

Es la mejor y más útil propuesta política que he oído últimamente.

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