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Reportaje:ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

Urnas vacías de inmigrantes

UGT reivindica el derecho a voto de los extranjeros residentes en España

Cada año son más, pero su opinión política vale lo que siempre: nada. Los cerca de dos millones de inmigrantes no comunitarios registrados en España en 2007 siguen sin voz como electores. Son 2.357.218 papeletas que las urnas excluirán el próximo domingo, pese a que estas elecciones -igual que el resto de gastos públicos- se financian también con su esfuerzo y sus nóminas. El sindicato UGT, junto a otras 70 entidades cívicas, protestó ayer en Barcelona por el "desequilibrio entre deberes y derechos del que son víctimas estos extranjeros". El sindicato exige que dos años de residencia en el país basten a los extracomunitarios para votar en los comicios municipales. Cuatro años, para los generales.

La Constitución fija que sólo los comunitarios tienen derecho a voto en las municipales, en caso de que haya un acuerdo de reciprocidad con sus países de origen. Es el caso de Inglaterra y Alemania, con holgada representación en diversos municipios levantinos o del archipiélago balear. "Los tiempos han cambiado y hoy los extranjeros tienen mucho peso en España. No reconocerlo es antidemocrático, una irregularidad", señaló el sindicato.

Un desajuste que, explicó el secretario general de UGT Cataluña, Josep Maria Álvarez, ataca doblemente a los perjudicados: primero, por la negación de reconocimiento que supone; después, por el cheque en blanco que "algunos políticos" se otorgan a la hora de jugar con la inmigración en tiempos electorales. "El día en que puedan votar, desaparecerán muchas propuestas absurdas", aseguró la presidenta de AMIC-UGT, Raquel Gil. No mencionó el Contrato de Integración propuesto por el PP, pero sonó parecido.

Lo señaló Ibrahim, de 28 años y residente en Sabadell desde hace cuatro. "Es injusto que el PP quiera imponernos una conducta. Somos ciudadanos como los demás", subrayó. Porque cuando Ibrahim madruga a las siete para ir a la fundición donde trabaja, lo hace pensando en la familia que se le quedó en Guinea Ecuatorial; pero cotiza para la Seguridad Social española. Ibrahim, que no ha votado en su vida, se despachó con las urnas que el sindicato instaló en La Rambla, a modo de protesta, para todo el que quisiera sufragar.

La cincuentena de inmigrantes presentes se lo tomó con responsabilidad y en fila, esperando su turno. "¿Ya tenéis las papeletas? ¿Ya habéis votado?", se preguntaban entre sí. A Hakim, paquistaní de 41 años, le daba apuro porque, reconoció, se sentía ilusionado. Llegado a Barcelona a fines de los ochenta, la simplicidad de introducir un papel en una caja fue un imposible durante el régimen del general Ul-Haq, dictador que azotaba Pakistán cuando Hakim emigró. Ayer cogió su primera papeleta. "Por fin soy maduro para votar", bromeó. "Vosotros tenéis que esperar hasta el domingo".

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