La tragedia silencia el Trabuco

Juan y Francisco Cabello, los dos hermanos de 45 y 50 años asesinados el domingo por la noche a tiros de escopeta en el olivar de Rajaestacas, a tres kilómetros de Villanueva del Trabuco (Málaga), reposan desde ayer por la tarde en el cementerio de la localidad. Un cortejo de unas 500 personas, mayoritariamente ancianos, acompañó a los cadávares desde la parroquia de la Virgen de los Dolores hasta el inicio de la cuesta que conduce al camposanto. Desde allí, tras recibir el pésame de los vecinos, que se fueron dispersando en silencio, la tía, la hermana y los sobrinos de los fallecidos, continuaron el ascenso hacia el cementerio para celebrar el entierro en la intimidad.

Mientras Juan y Francisco eran enterrados, su hermano José, de 42 años, con quien compartían vivienda en el cortijo La Saucedilla, se encontraba ayer, junto a un amigo suyo, en la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga. Ambos están acusados de la muerte de los hermanos, supuestamente para quedarse con su parte de la herencia familiar y aliviarse de sus numerosas deudas. Los dos detenidos pasarán presumiblemente hoy a disposición de la titular del juzgado de Instrucción de Archidona, Marta Alonso, que ha decretado el secreto del sumario. Ayer, fuentes de la investigación informaron de que habían encontrado la escopeta de postas con la que los hermanos, apodados Juanparrato, fueron asesinados, pero no aclararon dónde.

Durante la mañana de ayer, el Instituto de Medicina Legal de Málaga prosiguió la autopsia iniciada el lunes y que tuvo que ser interrumpida para poder efectuar unas pruebas radiológicas a los cadáveres, aunque ya el mismo lunes se había confirmado que los hermanos habían fallecido como consecuencia de los balazos.