El sospechoso récord de Palermo

Orlando Salvestrini es especialista en márketing y hombre de confianza de Mauricio Macri, jefe de Gobierno de Buenos Aires y presidente de Boca Juniors. Tan de confianza que dirige Boca Crece S. A., la empresa creada por Macri para explotar la mercadotecnia del club, y posee un palco privado en La Bombonera. De ese palco, la noche del 13 de septiembre de 2007 colgó una bandera numerada del 13 al 1. Cuando explicó de qué se trataba comenzó la polémica. Era, según él, la cuenta atrás de los goles que le faltaban a Martín Palermo para convertirse en el máximo goleador histórico del Boca. Desde entonces, ha tachado con un enorme rotulador cada tanto del Loco. Hasta la pasada madrugada, cuando borró el último número al marcar Palermo contra Gimnasia y Esgrima de La Plata (0-1).

En la etapa 'amateur' del club, Cherro logró 218 dianas por las 191 de Tarascone

Según esas cuentas, el ex jugador del Villarreal, Betis y Alavés alcanzó a Francisco Varallo, goleador de los años 30 que detuvo su registro en las 180 dianas.

Hasta aquí todo normal, si no fuese porque las cifras de Salvestrini no concuerdan con las de otros estadistas. Y muchos sospechan que detrás se esconde un suculento negocio.

Las cifras dicen lo siguiente. Palermo lleva 180 goles, 150 en torneos locales y 30 en internacionales. Varallo, mientras, marcó 180 en las competiciones argentinas, pero Salvestrini no contabiliza otros 14 en partidos internacionales, con los que alcanzaría los 194. Para complicar más las cosas, los puristas señalan que estos datos toman como base el año 1931, cuando el fútbol se profesionalizó en el país, pero olvidan que Boca Juniors se fundó en 1905 y que en su etapa amateur Roberto Cherro hizo 218 goles y Domingo Tarascone 191. En definitiva, a Palermo le faltarían aún 14 tantos para alcanzar a Varallo y ser el segundo en la tabla.

Sin embargo, en Argentina todo está dispuesto para celebrar el récord del Loco. La empresa Puma, con la que tiene contrato Palermo, lanzará al mercado una serie limitada de 180 pares de botas, cada una con los datos de cada gol marcado por el delantero.

Nada debería extrañar tratándose de Palermo, un futbolista proclive a los excesos y dueño de otros récords singulares, como fallar tres penaltis en un mismo partido (Argentina contra Colombia, en la Copa América de 1999), convertir un penalti con los dos pies (se resbaló en el momento del remate y fue gol), marcar el tanto número 100 de su carrera con el ligamento cruzado de su rodilla roto y fracturarse la tibia y el peroné al festejar un gol (se le cayó encima un muro de ladrillo en el campo del Levante durante un partido de Copa con el Villarreal).

Justamente esta lesión es quizás lo que más se recuerde de su desventurado paso por el fútbol español, donde apenas pudo hacer gala de su contundencia rematadora: 18 goles en 70 partidos con el Villarreal (2001-2003), 2 en 11 en el Betis (2003) y 3 en 14 en el Alavés (2004). De regreso a Boca, Palermo sigue goleando a los 34 años. Como siempre, le acompaña la polémica.