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Reportaje:

La reestructuración eterna de Dogi

El grupo textil, en números rojos desde 2001, ha disparado sus pérdidas un 34,4% en 2007

La textil catalana Dogi, que fabrica el tejido elástico para la ropa interior de marcas como Unno, Women's Secret o Vanity Fair, ha vuelto a cerrar el ejercicio con números rojos: el año pasado perdió 21,73 millones de euros, un 23% más, pese al enésimo plan de reestructuración impulsado para mejorar las cifras. Y es que la compañía se encuentra en permanentes procesos de ajuste desde que empezó a perder dinero en 2001.

La compañía Dogi puso en marcha el año pasado un plan de ahorro de costes que, dice, mejorará los resultados. El plan impulsado pasa por recortar en un 40% la producción en España y prescindir de los clientes menos rentables y cambiar la directiva.

Al cerrar 2001 y 2002 con déficit, el vicepresidente ejecutivo sentenció: "Las perspectivas de nuestro sector son buenas y esperamos que para en el año 2003 cambie el signo de la cuenta de resultados". Pero en 2003 volvió a haber pérdidas y, tras ellas, la empresa dijo que los datos más recientes permitían "ser optimistas sobre la evolución futura de la sociedad".

La compañía textil catalana lleva varios años pronosticando un regreso a los beneficios que no ha llegado todavía

Eso no libró a la empresa de los números rojos en 2004, ejercicio al cabo del cual la empresa señaló que "el grupo va a volver a la senda de la rentabilidad a nivel de beneficio neto en el ejercicio 2005".

Al cerrar 2005, el grupo comunicó a la CNMV que las pérdidas de 2,5 millones de ese año suponían "el fin del ciclo negativo de resultados del grupo", que se encontraba "preparado para volver a la senda de los beneficios".

Esta vez, el grupo de la familia Domènech ha acusado la disminución de su negocio en Europa por "la progresiva deslocalización de los confeccionistas" hacia países con mano de obra más barata y la fortaleza del euro respecto al dólar. El incremento de la cifra de negocio, del 8,25%, hasta los 148,3 millones, no ha compensado estos efectos.

El consejero delegado de Dogi, Karel Schröder, que tomó el timón de la compañía el año pasado, potenciará la actividad en China y en 2007 recortó 214 empleos en España. El mercado necesitará algo de fe. La familia fundadora de Dogi, con Josep Domènech a la cabeza, ha diluido su participación hasta el 24,8% en los últimos años.

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