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Reportaje:

Físicos tan espléndidos como imposibles

Sharon Stone, Jane Fonda, Demi Moore y Madonna luchan contra la edad

A punto de cumplir los 50 años este mes, el próximo día 10, Sharon Stone sigue proyectando una imagen tan espléndida, sexy y, lo más sorprendente, juvenil como la de aquella malvada de Instinto básico que encandiló en el cine hace tres lustros. Jane Fonda, poseedora de dos oscars, es hoy una atractiva septuagenaria que promociona cremas antiarrugas para "rostros maduros", lo mismo que la guapa Kim Basinger a sus 54 años. Sólo nueve años menor que Basinger, Demi Moore pasea un físico de veinteañera que le hace parecer más la hermana que la madre de sus hijas.

Todas estas mujeres son ante todo grandes actrices, pero en una era donde la imagen predomina sobre cualquier otro mérito, lo que suele destacarse de ellas es que han logrado el prodigio de alcanzar la eterna juventud. Y por supuesto lucir una forma física casi inverosímil, como en el caso de la cantante, bailarina, actriz y directora Madonna (49 años), pletórica de energía y donde todavía está por ver el más mínimo gramo de grasa. O la capacidad de Teri Hatcher (protagonista de la serie televisiva Mujeres desesperadas) para embutirse, a sus 43 años, en unos vaqueros de talla mínima.

Lejos de resultar tonificante, estos físicos tan glamurosos como irreales se han traducido en una tremenda presión sobre el grueso de las mujeres en edad madura y en una creciente inseguridad sobre el propio cuerpo, según los expertos en salud. Incluso en desórdenes alimenticios, considerados hasta ahora una enfermedad de la adolescencia y juventud y que empiezan a ser detectados en muchas féminas que han traspasado la barrera del medio siglo. A esa conclusión ha llegado un estudio difundido esta semana por la Asociación Dietética Británica, que alerta sobre la influencia en el público de "esas estrellas que ya tienen una cierta edad pero que, en un mundo tan competitivo como el de hoy, se esfuerzan por presentar el mismo aspecto que tenían a los 20 años". "Hay una preocupación excesiva por la imagen", ha subrayado la veterana Julie Christie en varias entrevistas concedidas en su carrera hacia la estatuilla dorada por Lejos de ella, que finalmente no consiguió en la última edición de los Oscar.

El hecho de que en los últimos tiempos siga aumentando la nómina de famosas no tan jóvenes que encabezan campañas publicitarias de firmas de cosmética o de diseño puede convertirse en una reivindicación de la edad madura. Pero no se puede olvidar que en muchos casos se tratan de rostros y cuerpos retocados o reconstruidos en el quirófano. En realidad, es una decisión tan criticada como legítima para frenar el proceso natural de envejecimiento.

"Todos tenemos que hacer frente a una serie de cambios al llegar a cierta edad, y no son fáciles de asimilar. Quieres volver a tener la cara de toda la vida, sin esas arrugas alrededor del cuello, la barbilla, los ojos, los antebrazos...", admite la inolvidable protagonista de Doctor Zhivago. Ella misma reconoce haberse sometido a algunas correcciones estéticas "de poca importancia" en las que, confiesa, reincidiría "cada vez que me miro al espejo".

Julie Christie asegura que ha logrado no sucumbir a nuevas tentaciones con el bisturí, por mucho que sus magníficos 66 años se nos antoje al resto de las mortales que rayan en lo imposible.

De izquierda a derecha, Sharon Stone en Cannes, Madonna con uno de sus chándales de H&M, Jane Fonda, y Demi Moore en el último Festival de San Sebastián.
De izquierda a derecha, Sharon Stone en Cannes, Madonna con uno de sus chándales de H&M, Jane Fonda, y Demi Moore en el último Festival de San Sebastián.AFP / C. MANUEL / J. URIARTE

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