'Schubertiadas' en el Euskalduna

En vida de Franz Schubert (Viena, 1797-1828) se popularizaron en Viena las reuniones de amigos alrededor de la música y la literatura, en un ambiente bohemio más cercano a la vida nocturna de las tabernas que a las veladas de la alta sociedad. Eran las schubertiadas, donde el compositor dio a conocer muchas de sus composiciones y encontró a un público fiel que le ayudó a sobrevivir en la penuria económica que rodeó su existencia. En el palacio Euskalduna, en Bilbao, se suceden desde el pasado jueves una serie de conciertos que reviven la música de las schubertiadas, con sus exitosos lieder y la música de cámara, pero también las grandes composiciones sinfónicas y corales que Schubert no consiguió estrenar en vida. El festival Musika-Música ha dedicado este año su programa al músico vienés con 63 conciertos, en los que intervendrán durante cuatro jornadas más de medio millar de intérpretes.

Cuatro orquestas sinfónicas actuarán en el auditorio del Kursaal

Hoy sube la intensidad del festival con conciertos que se celebrarán simultáneamente en cuatro salas del palacio, cada una de ellas bautizada con el nombre de amigos y protectores del compositor vienés, como es costumbre en Musika-Música, que así rememora el entorno que rodeó a los músicos que conforman la programación en cada edición del festival. Schubert vivió 31 años intensamente volcado en la música, heredero de los sonidos del barroco y el período clásico, y abierto a los cambios del romanticismo, inspirado por los versos de Schiller y Goethe, y admirador, sobre todos los demás, de Beethoven.

A los 11 años el maestro de la escuela parroquial afirmó que ya no podía enseñarle más. Fue alumno más tarde de Antonio Salieri y siguió abriéndose a nuebos campos de la música toda su vida. Sólo 14 días antes de que unas fiebres tifoideas, complicadas con la sífilis que sufría, acabaran con su vida, se había comprometido con un maestro para estudiar fuga. Vivió su juventud dedicado febrilmente a la composición, escaso de dinero y sostenido por su grupo de amigos, áquellos con que compartá las noches de schubertiadas. En dos décadas escribió cerca de un millar de obras, desde sus famosas lieder, a la música sacra, sinfonías, óperas, sonatas para piano y música de cámara.

El programa de Musika-Música toca todas las facetas del compositor. La música sinfónica de Schubert, cercana a Mozart pero al tiempo innovadora, ocupará el auditorio, la sala de mayor capacidad del Euskalduna, donde actuarán la Real Filarmonía de Galicia, la Orquesta Nacional de Burdeos-Aquitania y la Sinfonia Varsovia. La Orquesta Sinfónica de Bilbao, dirigida por Manel Valdivieso, actuará hoy con un programa compuesto por la Sinfonía número 4 en do menor, Trágica, y la suite Rosamunda. El auditorio acogerá también la interpretación de la Misa número 6, a cargo de la Sinfonia Varsovia y el Ensemble Vocal de Lausana, bajo la dirección de Michel Corboz.

En su séptima edición Musika-Música mantiene al pie de la letra el modelo de maratón musical, en el que los conciertos se suceden a lo largo de varias jornadas con una oferta simultánea en varias salas. La fórmula, importada del festival La Folle Journée, de Nantes, atrajó en 2007 a 30.000 espectadores. Otras tres salas del palacio Euskalduna se repartirán el resto del programa. Las sonatas para piano mostrarán las evocadores armonías características de Schubert, en conciertos que interpretarán, entre otros, los pianistas Jean-Frédéric Neuburger y Anne Queffélec.

Los lieder tendrán un espacio especial. La Coral de Cámara de Pamplona, con la soprano Iran-tzu Bartolomé, y la Cappella Amsterdam serán dos de las formaciones contratadas para interpretar la música vocal de Schubert, considerado el padre del lieder alemán. Los poemas de Schiller o Goethe sirvieron de inspiración para sus canciones. En total, superó las 600, buena parte de ellas compuestas antes de cumpir los 20 años.

La música de cámara fue otro campo en el que Schubert destacó. El festival lo recuerda con una sucesión de interpretaciones a cargo de distintas formaciones, en su mayor parte integradas por músicos franceses que también actuaron en La Folle Journée. La música de cámara estará interpretada, entre otros grupos, por el cuarteto Prazak, procedente de Praga, y el cuarteto Casals, fundado en 1997 por músicos formados en la Escuela Reina Sofía, de Madridrid. El trabajo de los músicos profesionales se completa con la presencia de estudiantes de los conservatorios del País Vasco, Asturias, La Rioja, Cantabria y Castilla-León en dos espacios del Euskalduna. Con ellos, la música de Schubert seguirá sonando fuera de programa.