"Es como pilotar solo"
Tras los primeros ensayos en Qatar, Pedrosa y Lorenzo coinciden en que las sombras son el mayor peligro de correr por la noche
Cuando uno viaja a Qatar y se baja del avión, normalmente recibe un puñetazo. Es la bienvenida que brinda el clima desértico, salvaje en verano durante el día por sus elevadas temperaturas y muy húmedo durante todo el año. En Doha, la capital, no hay mucho que hacer. El desierto es la nada y Qatar no es una excepción. Sin embargo, en los tiempos que corren, este emirato árabe esconde un tesoro bajo tierra: gas y petróleo. O sea, dinero. Esa circunstancia y el afán por aumentar el bombo mediático del país son los dos motivos principales que sirven para justificar que el primer gran premio de MotoGP de la temporada -el próximo domingo 9- se dispute de noche por primera vez en la historia del Campeonato del Mundo de motociclismo.
Como no podía ser de otra manera, dadas las singularidades del evento, los pilotos llevan desde la tarde del pasado jueves ensayando en el primer test nocturno jamás realizado. Entre ellos, hay opiniones para todos los gustos. Unos, caso del italiano Valentino Rossi o del vigente campeón, el australiano Casey Stoner, aseguran estar satisfechos tras su primera experiencia bajo las estrellas -y los focos- mientras que otros, como Dani Pedrosa o el novato Jorge Lorenzo, son bastante críticos, sobre todo en relación a las sombras que ellos mismos generan sobre el asfalto. Según afirman, la intensidad de la luz es suficiente para ver la pista, pero no para apreciar las imperfecciones del cemento, un hecho que les genera inseguridad cuando circulan subidos a sus motos.
"La pista se ve bien, pero hay muchas sombras que engañan porque las generas tú mismo. Te confunden y te parece que tienes a otro piloto detrás", afirma Pedrosa. "También noto que los ojos se cansan bastante porque hay que forzar más la vista", añade. Lorenzo, su viejo enemigo íntimo y con el que volverá a verse las caras sobre el asfalto dentro de una semana, coincide con él esta vez. "Te acostumbras rápido", dice Giorgio, que debutará como piloto de la categoría máxima en el circuito de Losail y, para rematarlo, de noche. "Al principio, es un poco extraño. Pero, después de unas vueltas, las cosas empiezan a ser normales y los ojos se adaptan a la luz artificial", conviene el de Yamaha, que matiza: "Lo más extraño es que te sientes solo. Pilotar de noche, aunque la luz es muy fuerte, te hace sentir como si estuvieras solo con tu moto. Y hay que saber mantener la concentración porque, obviamente, no lo estás".
Rossi, compañero de equipo de Lorenzo, sólo puso un pero a todo el tinglado. Il Dottore lamentó que, al cerrarse la noche, la temperatura del asfalto se desplome en picado -otro capricho de los desiertos- y, consecuentemente, los neumáticos pierdan grip [adherencia]. Rossi, como acostumbra a hacer, y no es extraño tratándose de quien es considerado el mejor motociclista de la historia, ofrece su alternativa. "Quizás sería mejor trasladar esta carrera nocturna a un momento del año en el que la temperatura sea algo más alta, ya que en esta época hace frío", propone.
Energía para 3.000 viviendas
La aventura nocturna le cuesta al Gobierno qatarí 25 millones de euros, cantidad abonada a Musco, la firma norteamericana que da luz a Las 24 Horas de Daytona. Para materializar el capricho, Musco ha plantado 1.000 postes con 3.700 focos colocados a varias alturas -de tres a 36 metros- con el fin de reducir las sombras. Los 5,4 millones de vatios que brotan de los 44 generadores instalados en el circuito equivalen a la energía precisa para abastecer a 3.000 viviendas.
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