¡Más madera!

Estamos en un cambio de ciclo político: el previsible empate del nueve de marzo vuelve urgente la renovación de la energía política: esta renovación pasa por la reflexión conceptual, pero también por el compromiso. Este compromiso no tiene que ser necesariamente partidista, puede ser con ONG, con movimientos cívicos. Pero no puede reducirse sólo a votar. Nuestros dos líderes se retiran ahora a estudiar para el lunes. ¿Qué tienen que estudiar ahora? Ya no es hora. Se trata de cambiar lo que nos parece estancado o inútil en la vida política nacional: la vida parlamentaria está estancada, por ejemplo. Hay más vida política en los debates de televisión o en los periódicos que en el Parlamento. Pero esto es una anomalía. Recurrir cada cuatro años a mítines multitudinarios -y carísimos- para persuadir a los ya persuadidos, revela el envejecimiento del comportamiento político español. Hay que gastar el dinero del contribuyente de otra manera. Por ejemplo, facilitando el acceso del público y los periodistas a debates semanales con los principales políticos en activo. No se trata de contemplar el Parlamento en televisión: se trata de activar el debate parlamentario también en televisión, o por radio, o en los periódicos. Para eso servirían los Colegios Mayores, que ahora son meros hoteles de lujo, los paraninfos universitarios. Los líderes políticos tienen que someterse a un severo cuestionamiento perpetuo. Que no se diga que eso restaría eficacia a su gestión. ¿Para qué están los ministros, los auténticos gestores de un programa? La insustancialidad del pasado debate muestra que nuestros líderes no están acostumbrados a ser cuestionados en serio como en USA o en Inglaterra.

Álvaro Pombo es escritor y candidato de Unión Progreso y Democracia al Senado por Madrid.