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ELECCIONES 2008 | Las caras de los problemas

"Para los que vienen ahora está más difícil"

María Eugenia Núñez cuida a una anciana y ha logrado traerse a su familia de Colombia

Alejandro Bolaños

"Tan importante es la estabilidad económica como la de la persona". Lo dice María Eugenia Núñez con la determinación de quien dio un vuelco a su vida para intentar en España lo que no conseguía en Colombia. Llegó hace seis años y se sabe en el buen camino: tiene empleo fijo y su madre, su hermana y sus hijos están ya con ella.

"Cuando me fui, dejé allá a mi niño de seis años y a mi niña de diez, les tuve que educar por teléfono". Un recuerdo amargo que se diluye cuando cuenta que ahora estudian en un instituto cercano a su casa sevillana. Núñez, de 50 años, aterrizó en Barcelona en 2002. Y comenzó un carrusel de trabajos y ciudades. "Muchos españoles han pasado a tener contratos indefinidos, pero son los inmigrantes los que ocupan los temporales, la dualidad sigue", apunta Pablo Vázquez, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada.

Vázquez destaca que los tres millones de extranjeros que se han incorporado al mercado laboral en la última década lo hicieron cuando "España tenía un serio problema demográfico". Y muchas empresas han aprovechado su flexibilidad y predisposición a aceptar salarios bajos. "Su contribución al crecimiento económico es muy notable", concluye.

Un 14% de las personas que trabajan en España son extranjeras. Las mujeres latinoamericanas (735.000 trabajadoras) son el colectivo de inmigrantes más importante. Y la mayoría se emplea en servicios domésticos.

El carrusel de María Eugenia se paró en Sevilla. Allí, tras un par de malas experiencias, un anuncio en la prensa le puso en contacto con una familia que necesitaba a alguien para cuidar a una anciana.

"Hice cuatro cursos de Medicina en Colombia, pero nunca manejé a una persona mayor". Descubrió que le gusta. "Me entrego por completo, doy todo el cariño que puedo". La familia le hizo un contrato estable, ella arregló sus papeles, hizo un curso de geriatría... "Hasta que la señora se me murió", recuerda. Pero la recomendaron para otro trabajo similar con una familia con la que lleva año y medio.

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Como la mayoría de los inmigrantes, María Eugenia es mileurista. Cobra 850 euros al mes por un trabajo por el que tiene que estar interna casi toda la semana. Y paga una hipoteca de 450 euros por la casa en la que vive su familia. Su hermana ha logrado empleo como conductora de taxi y ayuda con los gastos. "Para los que vienen ahora, se está poniendo más difícil", opina.

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