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ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

Chaves pide confianza y la oposición, cambio

El socialista y Arenas se emplean a fondo pero sin entrar en el cuerpo a cuerpo - E Valderas y Álvarez intentaron romper el discurso del bipartidismo

El temor del PSOE de que iba a ser un debate de tres contra uno, no se confirmó. Los aspirantes a la presidencia de la Junta de Andalucía de PSOE, PP, IU y Coalición Andalucista debatieron ayer durante 90 minutos ante las cámaras de Canal Sur TV sin que se produjeran momentos de especial tensión, aunque hubo sus roces. La oposición en bloque atacó al líder socialista por sus 18 años de permanencia en el poder y la larga hegemonía del PSOE. "Es el presidente más antiguo de España y ante eso, se impone el cambio", dijo Arenas en su primera intervención. "Llevamos el mismo tiempo en el Gobierno que ustedes en la oposición, así que son igual de antiguos", respondió Chaves.

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El socialista basó su mensaje en presentar su proyecto como el que genera más confianza, mientras que Arenas se erigió como único protagonista del cambio posible. IU y PA abominaron del bipartidismo de la política andaluza y no descuidaron en ningún momento también la crítica a Arenas.

Cuando el candidato andalucista, Julián Álvarez, le recordó al popular que él no era virgen en el Gobierno, la mirada del popular fue de estupefacción. Quedó claro que no sólo Chaves iba a ser la diana favorita de los partidos chicos, sino que el PP, aunque en mucha menor medida, también.

Los candidatos, que no respetaron sus tiempos de palabra, eligieron trajes en tonos oscuros. Ninguno coincidió en las corbatas. La de Chaves, roja; la de Arenas, azul con motas coloradas; violeta la de Valderas y verde la de Álvarez.

El que más interrumpió el turno de sus rivales fue Chaves, lo que le dio la oportunidad a Arenas para hacer bromas sobre las veces que le pisaba la palabra, e incluso la imagen. "Ahora me está interrumpiendo con el papel", dijo cuando Chaves levantó unos folios para rebatirle una afirmación. A Valderas se les escaparon muletillas completamente fuera de lugar, como "querido Chaves", o llamar por el nombre de pila al candidato andalucista: "Tiene razón Julián".

En una legislatura marcada por la paridad en la política y por el protagonismo de las mujeres en el Parlamento, la aplastante imagen masculina en el plató resultó chocante. No sólo por los actores del debate (hasta el moderador era un hombre) sino también por la cromatografía del estudio, en blanco roto.

Chaves y Arenas en cierto modo ensayaron el cara a cara previsto para el próximo domingo, pero sin entrar en el cuerpo a cuerpo. Dio la impresión de que se reservaban cartuchos y que no querían apabullar ni para bien ni para mal. La declaración de Arenas de que en Andalucía "no se respeta el pluralismo informativo y la libertad de expresión" fue considerada por el socialista como un "insulto" a los andaluces. El candidato de IU, Diego Valderas, se presentó como representante de una "izquierda sin complejos" que persigue un gobierno de "izquierdas de verdad para frenar a la derecha", dejando claro que ni por acción u omisión reeditará políticas pasadas como la de la pinza.

La intervención moderada y equidistante de los dos grandes partidos de Julián Álvarez, el único que estrena candidatura y que no tenía ninguna experiencia en estos debates, sorprendió, quizás porque corría la especie de que llamaría la atención con alguna extravagancia. Manejó poquísimos datos. Su principal mensaje fue: "Somos la gran coalición de todos los andaluces".

La economía y la política social fueron las estrellas. Los otros dos apartados, infraestructuras y Estatuto, se resumieron en la polémica de los trasvases, en el primer caso, y el agravio con Cataluña en el segundo. Chaves y Arenas cruzaron datos de todo tipo a velocidad de vértigo. El primero para resaltar que Andalucía puede ser puntera porque lleva creciendo 13 años por encima de la media española y está al borde de lograr la convergencia. El segundo contrapuso dos millones y medio de mileuristas, la subida de los precios y 500.000 parados.

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