La vana rebelión del excluido

Ya se ha cansado de gritarlo a los cuatro vientos, así que ha optado por pasar a la acción y escenificar lo que considera una injusticia. Gaspar Llamazares, candidato de Izquierda Unida a la Presidencia del Gobierno, montó ayer una rueda de prensa en la Universidad de Murcia y se hizo acompañar por dos figuras de cartón piedra, de (casi) tamaño natural, que representaban a José Luis Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy. "Ya que no nos dejan debatir con ellos en televisión, seguiremos debatiendo con ellos, lo quieran o no, en campaña electoral", anunció.

En el mitin de la tarde, ante un auditorio entregado, repitió el atrezo. Hasta dialogó con él: "Señor zaparrajoy, señor rajoypatero...". Y ahí no se queda la cosa: IU ha organizado en Internet un debate-ficción a tres; y ayer presentó una nueva queja -esta sí, muy en serio- ante la Junta Electoral.

Todo será probablemente en vano, pero a estas alturas es la única manera que tiene Llamazares de recordar que en el Parlamento hay sólo tres fuerzas políticas de ámbito nacional y que una de ellas, IU, ha sido excluida del debate del año por culpa, afirma, del bipartidismo galopante.

"Este debate es la privatización de la democracia. Dos oligopolios se reparten el mercado electoral", protestó el candidato antes de que su gabinete lo hiciera en otros términos: pidiendo a la Junta Electoral que obligue a computar como propaganda de PP y PSOE los anuncios del cara a cara en las televisiones, y compense por ello a los partidos minoritarios.

Los rivales de cartón-piedra estuvieron, naturalmente, "hieráticos, como lo estarán en ese debate acartonado", vaticinó el líder de Izquierda Unida. "Estamos ante una mala película en blanco y negro en la que todo es previsible. Es una muestra del empobrecimiento de nuestra democracia: se pretende ahormar todas las posibilidades en dos únicas alternativas. Y encima, en muchas materias, PSOE y Partido Popular ni siquiera hacen discursos alternativos".