Seriedad frente a racanería

Había expectación por comprobar las prestaciones de los modelos patentados por Marcelino y Unai Emery, dos sistemas llamados a tocar la puerta de Europa. Salió vencedor el primero no sólo en el marcador, sino en todas las facetas del juego. La seriedad del Racing volvió a ser providencial mientras que el Almería, que llegaba a Santander en plena ascensión, se olvidó de tener el balón, distribuirlo y jugarlo. Ni una pizca de la velocidad de Uche. Sólo, mínimos detalles de Negredo y escasa carburación en el centro del campo.

Pese a salir gripado, el cuadro andaluz supo aguantar los primeros embates del Racing, que de la mano de Tchité contó con dos claras ocasiones en el primer minuto. El congoleño fue el que abrió el partido con su velocidad mientras el Almería se decantaba por la clausura de sus líneas, muy estáticas y con poco fuste durante la primera mitad. Ni un remate en ese primer periodo y, sobre todo, casi nulas conexiones con la delantera.

Así, el Racing, sin llegar a la brillantez, sí que fue tomando cuerpo con dos ocasiones de Serrano y la molesta presencia de Tchité. Diego Alves fue el principal damnificado de las acciones del congoleño. Estuvo magnífico, como de costumbre, pero nada pudo hacer para frenar un velocísimo sprint de 50 metros que el africano culminó con un disparo potente y a la escuadra que acabó con 660 minutos de imbatibilidad del guardameta. El gol sirvió para que Emery moviese el banquillo, pero no para que su equipo cambiase de actitud.

El Racing, ante esa tesitura y esas facilidades, sólo tuvo que aguantar e incluso pudo volver a encontrar puerta, pero dos buenas ocasiones de Smolarek y otra magnífica jugada, con sombrerito incluido, protagonizada por Pablo Álvarez se toparon con la presencia de Alves. A ese Almería de carencias se sumó la expulsión de Cisma cuando estaba siendo sustituido y la de Paunovic, ya en el tiempo de prolongación.