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Reportaje:

Rejuvenecer a un clásico

El hotel Alfonso XIII se moderniza en su 80º aniversario

¿Qué tienen en común Fidel Castro, Curro Romero, Lady Di y Felipe González? Pues que todos han pasado al menos una noche en el lujoso hotel Alfonso XIII, de Sevilla. Quizás hasta en la misma habitación. Aunque en momentos diferentes, claro.

El hotel de cinco estrellas cumple 80 años. Pero no está viejo. Sigue siendo uno de los más fastuosos del mundo y quiere renovarse con actividades para los colegios de Sevilla, precios más asequibles en habitaciones y restaurantes, bares vanguardistas y una gestión apasionada.

Sevilla albergó la Exposición Iberoamericana de 1929. El rey, Alfonso XIII, quiso demostrar al mundo que España era un gran país. Así que decidió construir un lugar digno de la aristocracia y realeza europea. El monarca también quería hacer un regalo de boda a su sobrina favorita, Alfonsina, que se casaba con el conde Juan Zamoyski. Y la contentó con creces.

Fidel Castro, Lady Di, David Beckham y Noor de Jordania se hospedaron aquí

Piazza Martini, una de las nuevas instalaciones, es un bar de sillones blancos y lámparas rojas rococó. Su aire chill out contrasta con la majestuosidad del hotel. Los elaborados cócteles pueden disfrutarse de 15.00 a 03.00 de la madrugada. "La semana pasada estuvieron aquí los jugadores del Real Madrid y la anterior los del Barça", desvela como un secreto Fátima Valderas, una de las camareras.

Las 147 habitaciones poseen todos los caprichos que uno pueda desear. Al menos eso asegura Carlo Suffredini, director del hotel desde 2006. "Autonomía, experiencia y excelencia", recita como el catecismo este italiano que ya dirigió el hotel Palace de Madrid. "Carlo, ¿ha saludado a ese señor?, le pregunta Arístides Bermejo, el relaciones públicas. "Claro", le calma el director, seguro en el timón de esta nave.

El arquitecto sevillano José Espiau Muñoz (1879-1938) tardó 12 años en construir este enorme edificio en el que no es difícil imaginar a Noor de Jordania saliendo del ascensor de pesadas puertas de madera. Ni a David Beckham tomando agua mineral en el patio central. Pero el hotel no atiende sólo a los VIP. "A través de la historia del edificio, explicamos a los alumnos que nos visitan la historia andaluza del siglo XX", señala Arístides, enfundado en un inmaculado traje negro.

La suite 124, de estilo árabe, tiene un arco de yeso neomudéjar y paredes tapizadas de seda azul con remates dorados. ¿Precio del sueño? 2.100 euros por noche. Sobre 400, las demás. "A veces ofrecemos habitaciones de 220 euros para dos personas y menús en el restaurante por 35", anuncia Arístides. ¿Lujo para todos? "Sí, sí, sí", contesta convincente con su mejor sonrisa.

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