_
_
_
_
Análisis:A la parrilla
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Homenajes

El alma culé no me impidió quedarme a ver el homenaje que el programa Club de fútbol dedicaba a Di Stéfano en La 2 (domingo, 22.55) con motivo del reconocimiento que le ha otorgado la UEFA. A fin de cuentas, si Zapatero, barcelonista conspicuo, le felicitaba -que lo hiciera Rajoy entraba dentro de cierta lógica-, no iba yo a ser menos. Además, el final de semana ha inyectado a la afición azulgrana la alegría en el cuerpo -ya ven que nos conformamos con poco-, de modo que era el momento de mostrarse generosos con quien nos buscó la ruina en Europa. Y por si todo ello no bastara, Cruyff declaraba en el programa que Di Stéfano era uno de sus (pocos) "ídolos". Lo que dijo a continuación no se entendió -el cruyffés es una lengua que se pierde si no se practica diariamente-, pero su pláceme me bastaba para armar esta columna sin mala conciencia.

Disfruté viendo jugar a Di Stéfano en el Nodo, marcar goles de todas las maneras posibles, ocupar todas las posiciones en el campo. Si hubiera sido tenor -hubo uno con su nombre, por la misma época: el gran Giuseppe di Stefano-, no tengo dudas de que hubiera sido rebautizado como l'assoluto.

Sin embargo, el programa adoleció de un exceso de elogios de terceros y una falta de presencia del protagonista, al que la cámara sólo se acercaba muy tímidamente en el Bernabéu para felicitarle. Es un problema frecuente en periodismo: los honores a los grandes se convierten en una retahíla de "yo le conocí" de los homenajeantes, mientras el homenajeado se queda a oscuras. No hubo ni rastro de la chispa de Di Stéfano. Ramón Besa recuerda a menudo una de ellas. El hombre daba las últimas instrucciones a sus jugadores antes de saltar al campo. "Vamos a ver, ¿ustedes cuántos son?", preguntó. Once, le fue contestado. "¿Y con cuántas pelotas juegan?". Con una. "Pues repártansela". Ni Cruyff podría superar semejante lección abreviada de fútbol.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_