_
_
_
_
LA CALLE | De tiendas
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cepillos, ceras y años de experiencia

Ana Pantaleoni

¿Qué tienen en común un espejo de aumentos, una escoba automática y un cepillo para el ordenador? Los tres utensilios habitan o, mejor dicho, buscan su hueco en una de las decenas de estanterías de la droguería Rovira, una tienda que nació en 1910. Ramon Segarra Rovira representa la cuarta generación de un tipo de comercio de los que quedan cada vez menos.

"Somos una droguería especializada", subraya Segarra. Y eso, ¿qué significa? La traducción, en cifras: 85 de cada 100 ventas van acompañadas de consultas técnicas: "¿Cómo puedo limpiar una lámpara de lágrimas?". En esta droguería cercana al mercado de Galvany de Barcelona venden todo tipo de cepillos, herramientas para el hogar y muchos artilugios. Tienen rarezas como un cepillo para limpiar las hojas de las plantas, u otro para peinar los flecos de la alfombra. Un artilugio para enhebrar una aguja sin dejarse la vista en el empeño, o un kit para limpiar las perlas.

Los tiempos han cambiado. Antes, la tienda vendía, sobre todo, fórmulas magistrales y productos a granel. Las pinturas, por ejemplo, se mezclaban a mano. Uno de los empleados de esta droguería lo recuerda: "Sobre todo echamos de menos la artesanía de otros tiempos, cuando, por ejemplo, los zapateros venían a buscar la fórmula del betún". Una de las diferencias de esta droguería es que mantienen ciertos productos con marca propia. Entre ellos, las ceras y los aceites. Y todavía hacen los palos misión, palos de madera que se usan para arrastrar la bayeta.

Este comercio tuvo su momento de venta por Internet, pero desistieron por su complicación. Son tantas las preguntas, que mejor acercarse. La droguería Rovira recibió en noviembre de 2006 la medalla de honor de la ciudad de Barcelona.

- Lo más: la cantidad de cepillos distintos que venden.

- Lo menos: No hay peros, un comercio tradicional que se adapta a los tiempos.

- Dirección: M. Rovira. Madrazo, 127. 93 200 95 29. www.drogueriarovira.com

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_