Alquileres de los mayores de 30 años
Desde los 19 años he vivido de alquiler, no sólo en España sino en otros países, y nunca me encontré situaciones como las actuales. Informaciones escasísimas sobre la realidad de las fianzas a aportar y avales bancarios, citas a las que no acude el supuestamente interesado en enseñar la vivienda, y cuando al fin se logra, gran cola de gente de todas las edades, incluidos esos jóvenes a los que el actual Gobierno da facilidades, de las que yo, evidentemente, no gozo por mi edad.
Llegados a este punto, empieza el baile de cifras: empiezan por lo que todos sabemos que es lo legal, un mes de fianza, luego, siguen sumando hasta que menciono una cantidad a la que hemos llegado; 6.000 euros, traduzco en pesetas, un millón de las antiguas pesetas. No crean, a veces ni siquiera paran ahí. Tienen siempre a mano la coletilla de que se devolverá posteriormente. Y no hay que pensar que son pisos lujosos, la mayor parte ni siquiera tienen ascensor y con unas escaleras, por lo centenarias, casi imposibles de subir. Particulares y empresas se han subido al AVE de los alquileres y dada la escasez de ventas de pisos, han encontrado este nuevo filón.
En mi caso, como en el de muchos otros, es evidente que no pretendemos, ni podemos dar la entrada para un piso; por eso estamos de alquiler. En España, a pesar de los avances muy notables para jóvenes, se olvida a los mayores de 30 años.
