Mariano Pérez Galán, un 'ciudadano Cives'
Mariano Pérez Galán era sobre todo un ciudadano sencillo, discreto y singular. Sencillo por la fidelidad a sus principios -libertad, democracia, igual-dad- que quiso mantener hasta el final, discreto porque pasará a la historia con el reconocimiento de ser continuador y renovador de la obra de Giner de los Ríos, aunque sin su popularidad, y singular, porque pudiendo haber accedido a los orope-les y a los más altos cargos de la Administración, siempre lo rechazó.
Junto a otros muchos teóricos e ideólogos, Mariano ha sido uno de los artífices de la gran reforma educativa de la transición. También de la consolidación de la Escuela Pública española. Era uno de esos hombres cuyo sentido cívico del trabajo le hacía posponer cualquier interés personal por su servicio a la colectividad.
Hace apenas 10 años, y con motivo del homenaje que la Fundación Cives -de la que era patrono- le tributó con la edición del libro Por la escuela pública, el propio Alfonso Guerra lo definió como una "persona con serenidad, claridad y vida superior. Un espíritu digno de emular".
Toledano que apenas había superado los 70 años, contribuyó a transformar el sistema educativo español incluso antes de la transición, aunando las reivindicaciones políticas y sindicales, la promoción de una escuela pública pluralista, laica y gestionada democráticamente. Gran parte de su acción política la realizó dentro del Grupo Federal de Educación del PSOE que trabajó por la elaboración de una alternativa renovadora de la enseñanza.
Mariano es autor de varias obras como La enseñanza en la Segunda República, La enseñanza en España y Diez años de educación 1978-1988 y LODE: intrahistoria de una ley, esenciales para la consecución de la reforma educativa española. La Fundación Cives quiere perpetuar el recuerdo de quien supo incorporar con su perseverancia y su trabajo los valores democráticos, los derechos humanos y la educación ético-cívica inspirada en la tradición del humanismo laico pluralista. Su sentido cívico del trabajo y la responsabilidad social le hicieron posponer cualquier interés personal. Su integridad, rigor intelectual, coherencia, buenas formas e identidad propias serán difíciles de igualar.
Victorino Mayoral es presidente de Cives.
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