CiU, PNV y BNG presentarán un candidato común a presidir el Congreso

Los líderes de los tres principales partidos nacionalistas -Artur Mas, de CiU; Iñigo Urkullu, del PNV, y Anxo Quintana, del BNG- se reunieron ayer en Madrid para adoptar una posición común ante las elecciones del 9 de marzo y lo primero que decidieron fue presentar un candidato común a la presidencia del Congreso, alternativo a José Bono, propuesto por Zapatero, o al que plantee el PP.

Y lo decidieron así porque están convencidos de que, tras las elecciones, su fuerza será determinante para constituir el Gobierno y su orientación ya que piensan que ningún partido obtendrá mayoría absoluta. "Las elecciones son cosa de tres y vamos a ser actores principales. Nuestro reto es evitar un pacto de PSOE y PP, que tendría consecuencias muy negativas para el desarrollo del Estado de las autonomías", dijo Mas.

Por ello, decidieron citarse el 10 de marzo, el día siguiente de las elecciones, para precisar su propuesta. Aclararon que no tienen preferencias de antemano sobre el PP o el PSOE. "No tenemos atavismos contra ninguna fuerza política. No somos un complemento del PSOE", dijo el líder del BNG. Con ello dieron a entender de que en la hipótesis de que ganara el PP las elecciones no se negarían, a priori, a negociar la investidura con él.

Aclararon que Galeuscat, la coordinadora tripartita, no es una coalición electoral, pero que sí acordará una plataforma común para las consultas previas a la investidura del presidente del Gobierno que abrirá el ganador de las elecciones.

"La España plural"

En ella estará la propuesta de que un nacionalista presida, por vez primera en la historia de la democracia, el Congreso porque "reflejaría mejor la España plural y rompería el monopolio de las dos fuerzas políticas", según los tres líderes nacionalistas.

Representantes de los tres partidos desgranaron otros aspectos clave que llevarán a la negociación de la investidura del presidente del Gobierno. El portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, incidió en la necesidad de reformar el Tribunal Constitucional, de cuyas decisiones, dijo, "muchas son centralistas". Y propuso una participación de representantes territoriales para hacerlo "imparcial, objetivo e independiente".

Propuso también la constitución de mecanismos de defensa ante "la falta de garantías del autogobierno" de las automías. El papel de estos mecanismos consistiría en "el examen de las iniciativas legislativas del Estado para evitar que invadan competencias de las comunidades".