El Villarreal cae tras un error de Diego López

Un desafortunado intento de despeje de Diego López, desfavorecido por un imprevisto bote del esférico, derrotó por la mínima al Villarreal que salió herido leve del frente ruso. El conjunto castellonense mantiene viva la eliminatoria tras sortear como pudo con todas las circunstancias adversas que se encontró en la otrora Leningrado.

Que los futbolistas de elite son unos privilegiados de la vida admite pocos debates. Sin embargo, de vez en cuando tienen que justificar sus elevados sueldos en ambientes inhóspitos, en terrenos de juego propios para la labranza, con temperaturas negativas que invitan a estar en el hogar y no en pantalones cortos dándole a una pelota que salta como un conejo. Los jugadores del Villarreal descubrieron en la tarde-noche rusa la cara menos amable del fútbol.

El equipo español sortea circunstancias adversas y mantiene viva la eliminatoria

El frío presidía San Petersburgo. Lo esperado por estas fechas. El terreno de juego, helado e irregular, resultaba la peor dificultad a salvar. Con tales tribulaciones, el partido no daba para licencias ni para el juego pulcro que habitualmente despliega el grupo de Pellegrini. El problema del Villarreal es que sólo tiene un registro y un patrón de juego. Las pocas veces que se acercó al área rival intentó tocar y tocar hasta el último metro, como si actuasen en el parqué de un polideportivo. Así es el Villarreal, para lo bueno y lo malo. Salir con vida de Rusia para sentenciar en El Madrigal era la premisa básica, la opción más viable. Casi lo consigue.

En el haber de los equipos rusos está su animosidad aderezada con cierta agresividad y una aceptable técnica. Anárquicos tácticamente, hacen agua en defensa. Bien posicionado, el Villarreal intentó apaciguar la inicial fiebre ofensiva del Zenit. Resguardar a Diego López y cazar alguna contra era la consigna. Nihat tuvo la primera ocasión para los amarillos a los 20 minutos. Un despeje de Godín se convirtió en una ocasión clara para el jugador turco que intentó sin éxito picar el esférico por encima de Malafeev, el portero ruso. Poco más hizo el Villarreal en ataque.

Escasas combinaciones y demasiados tropiezos, resumió lo que aconteció en la rugosa estepa. A falta de claridad, el error ajeno cotizaba más que los aciertos propios. Y el desacierto apareció en la segunda mitad en el Villarreal por mediación de Diego López, que no adivinó por dónde le venía el balón que le botó de manera extraña cuando iba a despejar con el pie. Cosas de portero. El campo del Madrigal decidirá.