"De la ANV histórica quedan sólo las siglas y la bandera"
José Luis de la Granja (1954), catedrático de Historia Contemporánea de la UPV, advierte de que su libro Nacionalismo y II República en el País Vasco. Estatutos de autonomía, partidos y elecciones. Historia de Acción Nacionalista Vasca: 1930-1936 (Siglo XXI) no es una obra coyuntural. El trabajo revisa una investigación que el historiador ya publicó en 1986 y que ha ampliado ahora a la luz de la abundante bibliografía sobre esa etapa publicada en los últimos 20 años, que tiene a ANV como un punto clave de la historia de Euskadi en la II República, al margen de la actualidad de unas siglas inmersas en un proceso de ilegalización.
ANV tuvo en la II República un papel superior al que correspondía a su peso electoral. "Fue un pequeño partido de centro izquierda, minoritario, entre dos grandes partidos: el PNV y el socialista", explica De la Granja. "Fue un partido bisagra, de centro izquierda primero y luego de izquierda, que por el nacionalismo se acercaba al PNV y por las ideas laicas y republicanas, a las izquierdas republicanas y socialistas. En los años de la República fluctuó entre el PNV de Aguirre y el partido socialista de Prieto".
"Actuó como un partido bisagra que fluctuó entre el PNV y el PSOE"
"ANV fue la formación vasca que más defendió el Estatuto"
Por apenas 200 votos, ANV quedó como fuerza extraparlamentaria en 1931, pero se volcó en la causa del Estatuto de Autonomía. "La estrategia de ANV fue estatutista y autonomista", añade. "Fue el partido vasco que más defendió el Estatuto. Y nunca tuvieron dudas: estuvieron desde el 18 de julio de 1936 con el Gobierno democrático y por la autonomía vasca".
De la Granja recuerda que ANV nació en 1930 de una escisión por la izquierda del PNV. Eran "los moderados del PNV", una formación liberal que asumió un programa socialista no marxista en 1936 y que se alió con las izquierdas vascas y españolas para conseguir el Estatuto. "No aceptaban los dogmas aranistas de raza y religión".
La ANV histórica, el partido de principios laicos y republicanos, acabó en 1978, defiende De la Granja, con su entrada en HB. "De la ANV histórica sólo queda el nombre y la bandera, que la crearon para distinguirse de la ikurriña del PNV con sus mismos colores", destaca el historiador. "Son dos ANV distintas. La de la República se agota cuando se aprobó el Estatuto de Gernika y volvió del exilio [Gonzalo] Nardiz, consejero de ANV en el Gobierno vasco en el exilio, el brazo derecho del lehendakari Leizaola. La ANV actual prácticamente nace en la Transición, fracasa en las elecciones de 1977 al ir en solitario y se radicaliza y pasa a formar parte de Herri Batasuna".
De la Granja cree que la trayectoria histórica del partido le tenía que haber llevado en la Transición a formar parte del frente autonómico con el PNV y el PSE. "Era lo lógico después de 40 años en el Gobierno en el exilio con el PNV y los socialistas", incide.
La reaparición de ANV en el escenario político en 2007 para presentarse a las elecciones municipales como marca de la izquierda abertzale tras la ilegalización de Batasuna ha derivado en la difusión de "barbaridades históricas", cree De la Granja. "Pueden hacer lo que quieran con las siglas, pero no pueden cambiar la Historia", enfatiza.
De la Granja defiende que ANV supuso un antecedente histórico de Euskadiko Ezkerra (EE): "Salvando las diferencias de que EE nació del nacionalismo radical -EIA tuvo su origen en ETA p-m- y que los momentos históricos eran distintos, son dos casos de la tercera corriente del nacionalismo vasco, que no son los moderados ni los radicales, ni el PNV ni lo que hoy se conoce como izquierda abertzale, y que fueron heterodoxos".
"La ANV de los años 30 no era aranista ni antiaranista. Eran laicos que evolucionaron al socialismo democrático. En los años 70, y desde posiciones radicales, Euskadiko Ezkerra acabó en la socialdemocracia". Los dirigentes de ANV en la República, y años después los de EE, no aceptaban las tesis sabinianas, salvo que "Euskadi es la patria de los vascos", el concepto fundamental para considerarse nacionalistas, subraya De la Granja. Más rasgos en comun: "No eran foralistas. ANV quería un País Vasco unitario, con capital en Bilbao".
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