A masako le gusta la vida occidental

"La princesa Masako monta a caballo por la tarde y se va de compras a Ginza" [la zona de Tokio en la que se concentran las tiendas de lujo]. Así describe su actividad el semanario nipón Gendai, que añade que Masako, una brillante diplomática de 44 años que abandonó su carrera para casarse en 1993 con el príncipe heredero Naruhito, sólo "ha realizado dos tareas oficiales, pero más de 50 salidas privadas". Masako, de origen plebeyo, no ha retomado aún plenamente las actividades públicas de las que se vio obligada a retirarse en 2003 por sufrir una depresión originada por el estrés de la rígida vida de palacio.

Varios medios de prensa japoneses han arreciado sus ataques a Masako tras publicarse que ella y su esposo habían cenado, junto con un grupo de amigos con los que permanecieron pasada la medianoche, en un restaurante francés, en el que comió platos preparados con exquisitas trufas negras.

"Sus salidas privadas con familiares y amigos, a menudo a restaurantes de lujo, llaman la atención", ha escrito el veterano reportero de palacio Mitsuyuki Manabe, en el diario de gran tirada Mainichi.

El Gobierno intenta detener la campaña de acoso contra Masako al afirmar que las noticias son "falsas", mientras que la Agencia de la Casa Imperial ha creado en su página web una sección de "corrección", donde las califican de "erróneas".

Masako es comparada con la emperatriz Michiko, de 73 años, de quien se destaca que da prioridad a sus compromisos oficiales frente a cualquier otro aspecto de su vida, incluida su salud.