Camps ya no exige en público que el PP prometa el trasvase
Aguirre se opone a un envío de agua de Madrid a Murcia
La guerra del agua sigue generando divergencias en el PP. El presidente valenciano, Francisco Camps, evitó ayer garantizar, al contrario de lo que hizo la semana pasada, que el trasvase del Ebro figurará expresamente en la propuesta electoral del PP. "El programa del PP habla de que todos los territorios serán exactamente igual de bien tratados en infraestructuras, inversiones y agua", manifestó Camps en un mitin en Valencia. Y añadió: "Rajoy apostó por la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana y el de Aragón, con lo que se concilian los intereses de dos pueblos".
El Estatuto valenciano recoge el derecho a recibir agua sobrante de cuencas excedentarias, mientras que el aragonés blinda el Ebro y dificulta sobremanera un trasvase, ya que se arroga una reserva de agua casi como la de tres trasvases.
Mientras, en Aragón, el vicepresidente del Gobierno y presidente del Par, José Ángel Biel, propuso usar el agua del Ebro tomándola desde el Delta, antes de que llegue al mar, para trasvasarla "cuando aún no ha adquirido la salinidad" marina. Se armó tal revuelo que el Par publicó una nota para decir que Biel no apoya ningún trasvase, que se había sacado de contexto.
A la idea se sumó la cabeza de lista del PP por Zaragoza, Luisa Fernanda Rudi: "Si garantizando las necesidades hay agua sobrante, me apunto a lo dicho por Biel". Gustavo Alcalde, líder del PP aragonés, dio a entender que el programa no llevará el trasvase al decir que será "del agrado" de la sociedad española y "especialmente" de la aragonesa.
A la división en el PP por el trasvase del Ebro se suma otra polémica larvada sobre el del Tajo al Segura. La Comunidad de Madrid, se ha opuesto por primera vez a una venta de agua pactada entre regantes de Madrid y Murcia, una práctica que comenzó en 2006 y que apoya el Gobierno de Murcia, también del PP. El Gobierno tiene que decidir si autoriza la venta pese a la oposición del Ejecutivo de Esperanza Aguirre, del PP, y de Castilla-La Mancha, del PSOE.
Si el PP está dividido, el PSOE también. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, apostó ayer por acabar con el trasvase del Tajo -"es un disparate"- mientras que la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, defendió en un acto en Valencia los trasvases "posibles, viables y razonables", como el del Tajo.
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