Capello despide al bufón
El italiano, que debuta con Inglaterra, echa al masajista que entretenía a los jugadores y prohíbe los apodos
Billy McCulloch ostenta el título de masajista del Chelsea. Pero, en realidad, es un bufón. Un comediante desaforado que se pasa la mitad del día contando chistes y que hace de la autoparodia su único modo de expresión. La federación inglesa (FA) lo contrató a tiempo parcial para entretener a los jugadores de la selección. Lo recomendó John Terry, el capitán. Pero ahora Terry está lesionado y Fabio Capello, el nuevo director técnico, ha cortado por lo sano. Ayer, en vísperas de su debut hoy (21.00, BBC1) en Wembley, en un amistoso ante Suiza, el entrenador italiano pronunció un discurso que, de tanto repetir, ha simplificado hasta convertirlo en un axioma: "Somos profesionales porque amamos este trabajo. Tienes obligaciones con los hinchas y debes trabajar. Para eso necesitas un orden. No cuesta nada respetar las reglas. Porque así haces grupo. Y si haces grupo, ganas".
Capello, que cobra 10 millones de euros anuales de la FA, espera sacar al equipo del pozo de autocomplacencia en el que se hundió al no clasificarse para la próxima Eurocopa. Sus métodos no se parecen en nada a los de Eriksson, que se ufanaba de su amistad con Beckham, ni a los de McLaren, su otro predecesor, que confesó tratar a los jugadores "como a adultos".
Capello nunca tuvo el optimismo antropológico del desdichado McClaren. Pero, como siempre, le importa tanto el fútbol como la construcción de grupos humanos uniformes, "compactos". Para lograrlo, empezó por no convocar a Beckham. Luego anunció normas de convivencia de inspiración castrense. La desaparición de McCulloch no es la única medida rigurosa. Ya no habrá horas libres con permiso para ir de compras, ni desayunos en la cama, ni comidas a deshoras, ni PlayStation, ni móviles en la concentración. Ya nadie en el cuerpo técnico llamará a los jugadores por su apodo. Ni Steve-G para Steven Gerrard, ni Wazza para Rooney, ni JT para Terry. "Ahora el entrenador me llama por mi apellido", declaró Ferdinand. ¿Y el entrenador, cómo se hará llamar? Capello replicó con una sonrisa de lagarto: "Boss [jefe]".
El técnico impuso la capitanía a Gerrard ante el resto de los jugadores. El anuncio fue una de las revelaciones más esperadas por los medios británicos, que conceden a este rótulo un carácter nacional. Sobre el equipo que presentará esta noche, las referencias de Capello fueron siempre vagas: "Yo siempre jugué con un 4-4-2, pero la mayoría de equipos de la Premier juegan con un punta". Capello y su colaborador, Franco Baldini, han acudido a 33 partidos. Durante semanas han vivido encerrados en las oficinas de Soho Square, dándole vueltas a decenas de vídeos en busca de jugadores competitivos. Se les ha hecho difícil. Capello cree que la mayoría de los seleccionables carecen de experiencia porque no militan en clubes importantes.
Obsesionado con transmitir sus ideas sin traductor, Capello dedica varias horas diarias a aprender inglés. Y prospera a una velocidad considerable. Las palabras que más repitió a los futbolistas cuando los reunió la primera vez fueron winner (ganador) y mentality (mentalidad). Desde hoy debe demostrarlo.
Otros amistosos hoy: Italia-Portugal (20.45, Canal + Fútbol), Irlanda-Brasil (20.45, La Sexta a las 22.50), Austria-Alemania (20.30), Croacia-Holanda (20.30), Turquía-Suecia (20.30) y Grecia-Finlandia (20.15).
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