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El clan de los 'Kung Fu' teme una venganza por el tiroteo de Alzira

Fuentes gitanas disipan las represalias al no vivir el padre de la mujer herida

El miedo se ha apoderado de la docena de miembros del clan gitano de los Kung Fu en el barrio de L'Alquerieta de Alzira, tras conocer que una mujer de la familia de los Mantequilla resultó herida por disparo de bala el jueves en el aparcamiento del hipermercado Carrefour de Alzira. Ellos aseguran que nadie de su linaje tuvo "nada que ver" con el tiroteo. Sin embargo, agentes de la Policía Nacional que buscan a los agresores -y a los que tienen identificados-, barajan la hipótesis de que sea una venganza de la familia Kung Fu.

Una familiar de los 'Mantequilla' dice que no tienen "nada que ver"
La víctima se recupera en el Hospital de La Ribera

Ésta no ha olvidado la matanza de cuatro de sus miembros a cargo de los Mantequilla en el barrio mismo de L'Alquerieta. Hay 16 imputados por estos crímenes, varios de ellos detenidos. Dos jóvenes mujeres de los Kung Fu que trabajan para el servicio municipal de limpieza de Alzira han desatendido sus obligaciones profesionales "por miedo". Han permanecido en sus domicilios y sus hijos no asistieron ayer al colegio. Los hombres de esta familia dijeron haber pasado "la noche en vela" y reclamaron "más protección policial". Los autores del reciente tiroteo, un hombre y una mujer, que huyeron en su vehículo, residen en Carlet, población a la que se trasladaron a vivir dos hijos y la esposa de José, el jefe kung fu asesinado el 30 de marzo del año 2006.

Sus familiares de Alzira se quejan de que el dispositivo preventivo de la policía funcionó sólo durante la madrugada del viernes. La mujer embarazada de 33 años herida en el tiroteo se recuperaba ayer de la intervención practicada en el Hospital de La Ribera. Los facultativos se mostraron optimistas respecto a su futuro bebé. Esta mujer, miembro de los Mantequilla, reside en el pueblo, pero en un barrio muy distanciado de L'Alquerieta, donde sí viven otras mujeres del clan.

Una fuente que conoce este entorno dice que, si bien ella es prima de los Mantequilla, no es familia cercana. Según otra fuente, quizá no haya búsqueda de retribución inmediata por parte de la familia de la mujer. "Su padre murió, y el marido es de fuera", indica, "eso puede evitar que se devuelva el odio", añade esta fuente.

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En su día, los Kung Fu amenazaron con matar a todos los familiares de los autores de la masacre de antaño. Pero si bien en un primer momento desapareció del pueblo cualquier mantequilla, poco a poco fueron volviendo los que tenían parentesco lejano o político. Según costumbres gitanas antiguas, hoy sólo presentes en la exclusión social, frente a una ruina -enfrentamiento de sangre-, la mejor solución vendría con el exilio de los agresores y sus familiares. Así se evitaba que los agraviados pudieran vengarse. No obstante, lo normal era que, pasado el tiempo, se transmitiera a los familiares lejanos de los agresores que podían volver, porque nada tenían que ver con el drama. En Alzira, efectivamente, no pocos integrantes del linaje mantequilla -pero sin relación directa con los autores del crimen- han ido regresando a sus casas.

Por ahora, ninguno de ellos contempla irse de nuevo. "Gente de los dos clanes procura estar en sitios donde haya gente, que se les vea, por si del bando rival les atacan", dice una muchacha que conoce a varios miembros de ambos linajes. "La cosa está mucho más tranquila que la otra vez, nada que ver", añade en referencia a los días posteriores a la matanza de 2006. El barrio de L'Alquerieta es una zona con muchos casos de exclusión social y episodios relacionados con la droga y la violencia. La Fundación Secretariado Gitano, el Ayuntamiento de Alzira y la Casa de Salud municipal han desarrollado en él un programa de intervención sanitaria, pero cualquier tensión es susceptible de complicar las cosas.

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