Koeman no sabe marcar

Todo partía de una premisa falsa: Ronald Koeman no es un representante del juego bonito como lo vendieron los dirigentes valencianistas cuando suplió a Quique Flores, sino que todavía es más austero que su antecesor. Así lo acreditó en el Benfica y en el PSV. Así lo confirmó el domingo en Mestalla ante el Almería (0-1), cuando apostó en el centro del campo por Marchena y Maduro, dos medios defensivos, y dejó en el banquillo al más creativo Banega, por quien pagó el Valencia 18 millones en el mercado de invierno.

Así lo atestiguan unos números misérrimos en el ataque. En los diez partidos que ha dirigido el holandés, el Valencia sólo ha marcado cinco goles, la mitad, por ejemplo, de los sumados por el colista Levante en esas jornadas. Tres tantos menos que el Almería y cuatro menos que Osasuna. El Athletic, el Recreativo y el Levante ya sacan cinco goles al conjunto de Mestalla.

El holandés precisaría ahora el apoyo del club, pero hay un gran vacío institucional

Esos cinco goles, además, los ha marcado el Valencia en dos partidos, lo que significa que en los otros ocho no ha sido capaz de estrenarse. En Mestalla lleva 400 minutos sin mojar en la Liga, a 37 de la peor sequía de su historia: en 1993-94 estuvo 437 minutos a cero y con un baile de técnicos en el banquillo: Guus Hiddink, Paco Real y Héctor Núñez.

En dos meses al frente del equipo, Koeman vendió su alma al diablo al sentenciar a tres jugadores -Albelda, Cañizares y Angulo- atendiendo a los asesores del presidente y principal accionista, Juan Soler; alejó a la prensa y al público del equipo y laceró la autoestima de los jugadores con un cambio constante de posiciones. A Arizmendi, por ejemplo, lo ubicó de lateral, pero no trabajó con él los conceptos defensivos.

El entrenador, que firmó por dos temporadas, precisaría ahora del respaldo del club. Pero ya no lo tiene. Hay un gran vacío institucional. Soler está desaparecido por una crisis de ansiedad. Y el director deportivo, Miguel Ángel Ruiz, desacreditado por Koeman al prescindir de sus dos principales apuestas: Manuel Fernandes, cedido al Everton, y Zigic, condenado al banquillo.

El segundo máximo accionista, Vicente Soriano, apuntó ayer que Soler ya ha perdido el apoyo de las instituciones valencianas, que le habían cubierto de prebendas hasta la fecha, y que está a punto de vender sus acciones.