"El puente de Huelva será respetuoso con el entorno"
El ingeniero Javier Manterola Armisén (Pamplona, 1936) tiene una obra en su agenda que puede cambiar la fisonomía de Huelva: la construcción de un puente de arco que una, sobre las marismas del río Odiel, el vértice de la península donde se asienta Huelva con la lengua de tierra que se adentra en el Atlántico y que acoge a Punta Umbría. Por sus características, dentro de su categoría, este puente sería uno de los más importantes de Europa y del mundo.
Al optar al proyecto, Javier Manterola, que arrastra una reconocida carrera de más de 40 años como ingeniero, se fijó en el paisaje en el que se iba a ubicar su obra. Manterola se quedó admirado por las características del entorno. Así que, cuando presentó el proyecto, afirmó que quería hacer un puente "magnífico". "Me llamó la atención lo plano que era el paisaje", afirma. Tras elaborar varios estudios, las opciones resolutivas que finalmente planteó fueron dos. Un puente atirantado y un puente en arco. "Yo prefería el segundo, que finalmente fue el que la Junta decidió elegir", comenta el ingeniero. El puente contará con una luz -distancia entre los apoyos- impresionante, de unos 450 metros.
El puente ha provocado el enfado de los ecologistas, que critican la estructura y la red viaria que acortará la distancia entre Huelva y Punta Umbría a unos 12 minutos. La clave para entender la preocupación de los grupos conservacionistas es el alto valor ecológico del lugar donde se instalará, Marismas del Odiel, un espacio muy sensible medioambientalmente. El ingeniero defiende su diseño: "El puente es completamente respetuoso. Se sostiene en dos pilares y no toca para nada la fauna y la flora del lugar. Las aves podrán pasar perfectamente". El ingeniero quiere evitar el contacto directo con las marismas, por lo que ha optado por elevar la estructura sobre unas pequeñas pilas que darán continuidad al tablero cuando éste se acerque a tierra firme.
Javier Manterola lleva toda la vida haciendo puentes. Ingeniero de caminos, dice que comenzó casi por casualidad. "Pero, poco a poco, cuanto más te metes en este mundo, vas descubriendo que más te gusta". Uno de los aspectos que le influyeron en decantarse hacia la construcción de puentes fue el carácter personal de las obras. "Cuando trabajas con arquitectos, muchas veces te quedas en un segundo plano. Mi mejor manera de manifestarme es a través de los puentes".
Manterola es aficionado a la música, el ensayo filosófico, la arquitectura y el arte contemporáneo, y viendo sus obras es fácil considerarlas auténticas esculturas. Pero él matiza. "Pensar que los puentes son esculturas es incorrecto. Tienen, eso sí, valor escultórico". Ejemplos de su obra con valor escultórico es el precioso puente Euskalduna, de Bilbao, o el puente atirantado sobre el embalse de Barrios de Luna (León), que en 1983 fue récord mundial con sus 440 metros de luz y se mantuvo hasta 1995 como la referencia en hormigón.
La nueva conexión tendrá una sección de gran capacidad y albergará un tranvía que conecte directamente Huelva con Punta Umbría; además incluye una vía ciclista, un paseo peatonal ajardinado y una calzada de doble carril por sentido para el tráfico rodado. La inversión estimada se aproxima a los 150 millones de euros.
Con el puente de Manterola, la Junta busca solucionar un eterno problema de comunicaciones entre la capital y la costa, que cada verano sufren miles de turistas y onubenses, castigados con atascos en las carreteras y en el puente sobre el río Odiel a la salida de la ciudad, que muy pronto se descubrió que era insuficiente para el creciente volumen de tráfico que se dirige a Aljaraque, El Portil y Punta Umbría.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.