Danza de textura espiritual
El coreógrafo chino Shen Wei debuta en el Mercat
Los Juegos Olímpicos de Pekín, que se celebrarán entre el 8 y el 24 de agosto próximos, son una de las citas más destacadas en la agenda del coreógrafo, bailarín, pintor y diseñador chino afincado en Estados Unidos Shen Wei. Forma parte del equipo creativo que diseñará las ceremonias de inauguración y clausura de los juegos, pero un estricto contrato de confidencialidad le impide dar detalles. Y de momento prefiere concentrarse en otras citas más inmediatas. La primera pasa por el Mercat de les Flors, donde este artista total debutará hoy (funciones hasta el domingo) con su compañía, Shen Wei Dance Arts.
La lista de los lugares visitados por el grupo desde su creación, en el año 2000, es voluminosa. Sólo durante esta temporada, actuarán en cuatro continentes. Pese a ello, Wei no parece haber perdido la ilusión por los viajes. Ha llegado hasta Barcelona ansioso por recorrer sus calles y conocer su arquitectura. Es la misma ilusión con la que viajó hace años a Tíbet, donde recibió un impacto profundo. La emoción y el deseo de transmitir la esencia de la cultura tibetana están en la raíz de Re, la primera de las dos coreografías que presenta en el Mercat de les Flors. Los cantos de la monja tibetana Choing Dolma (grabados, porque esta vez no les acompaña en la gira) ponen la banda sonora sobre la cual los bailarines construyen un mandala de confetis, al tiempo que apelan a su "energía interior" para acomodar el movimiento del cuerpo al ritmo de su respiración. "Por culpa de la altitud, en el Tíbet se respira de una forma especial. Las voces son más graves, los cantos son más largos. Y la gente camina como si tuviera el centro de gravedad mucho más cerca del suelo de lo habitual", explica Wei. Él ha intentado trasladar todos estos elementos al movimiento de los intérpretes. Y el resultado "tiene mucho que ver con la espiritualidad", asegura.
Muy distinta es la coloratura de The Rite of Spring, una singular aproximación a La consagración de la primavera de Stravinsky, a partir de los arreglos musicales de Fazil Say. Sobre una proyección continua de franjas blancas y negras, en una coreografía llena de ritmo, Wei evita "contar una historia teatral" y se concentra en la estructura de la composición. La ópera china y las técnicas de la danza contemporánea configuran el vocabulario de la pieza.
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