Rosalía Mera desembarca en la energía solar con 15 empresas
La ex mujer de Amancio Ortega entra en el sector a través de sus inversoras
Nuevo rumbo en las inversiones de la que es ya la segunda mujer más rica de España, sólo por detrás de Esther Koplowitz, según la clasificación anual de las grandes fortunas que publica la revista Forbes. Y esta vez, ha decidido entrar de lleno en el sector energético. Rosalía Mera, ex mujer de Amancio Ortega y segunda accionista individual de Inditex, puso en marcha durante el año pasado hasta 15 sociedades para promover el desarrollo de parques fotovoltaicos.
Mera es accionista de referencia de Zeltia y de la Inmobiliaria Riofisa
El año pasado compró el 9,8% de la cadena de hoteles Room Rate
La dependencia energética impulsa la producción de energías renovables
Los parques solares reciben subvención pública por cada kilovatio generado
Las inversiones, impulsadas a través de una de las filiales de Rosp Corunna, el brazo financiero que canaliza su fortuna, cuentan con el asesoramiento tecnológico de las firmas Abastecimientos Energéticos (Abaste) y Desarrollos Fotovoltaicos, ambas creadas en 2005 por diversos profesionales y dedicadas a las energías renovables, especialmente la solar.
La actividad de las dos sociedades consiste en la promoción, construcción, operación y mantenimiento de este tipo de instalaciones para la generación de energía eléctrica. De esta forma, Rosalía Mera se convierte en el socio capitalista de este nuevo grupo, controlando el 100% del accionariado de las 15 empresas.Rosp Corunna Participaciones Empresariales, que cuenta con un capital de 1.428 millones de euros y de la que también es accionista su hija Sandra, primogénita de Amancio Ortega, procedió durante 2007 a la constitución de la quincena de sociedades bajo el paraguas comercial de Delta Bonillo, todas ellas sociedades domiciliadas en Madrid.
Una de las principales actuaciones del grupo de Rosalía Mera, de la mano de Abastecimientos Energéticos, se centra en la provincia de Albacete, con la instalación de un parque solar de 18 megavatios de potencia instalada, recientemente ampliada, y con una capacidad para generación de electricidad equivalente a la mitad de la que tiene la planta de tratamiento de residuos de Sogama, en Cerceda. Aunque no ha trascendido la inversión destinada al proyecto, la superficie sobre la que se desarrolla supera las diez hectáreas. El grupo también desarrolla proyectos en Murcia y en otras zonas de España.
Rosalía Mera se suma así a otros empresarios gallegos ajenos a la energía que comienzan a poner su vista en este sector, como Manuel Jove, Constructora San José, Coren y Copasa, éstos últimos centrados en la producción de energía eólica.
A través de su sociedad de inversión, Mera también es accionista de referencia de la biotecnológica Zeltia, de la que controla algo más del 5% y en cuyo consejo se sienta, de la productora audiovisual Continental Producciones y de inmobiliarias como Riofisa. A finales del año pasado, una de las últimas operaciones de las sociedades de inversión de Rosalía Mera fue la entrada en el accionariado, con un 9,8%, de la cadena de hoteles Room Mate, que cuenta actualmente con 12 establecimientos abiertos al público. En esa aventura le acompañó la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha.
El desembarco de Rosalía Mera en el sector fotovoltaico tiene dos caras: por un lado, se trata de una apuesta de futuro, debido a la alarmante dependencia energética exterior de España, así como a la creciente sensibilización hacia todo lo que representa la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera. De otro, y a pesar del alto coste del kilovatio solar, las inversiones en este tipo de proyectos se han visto perjudicadas por la falta de una legislación estable y por la lentitud de las Administraciones.
Como toda nueva tecnología, la solar es inicialmente deficitaria, por lo que requiere de primas estatales para garantizar su viabilidad. No fue hasta los últimos meses del PP en el Gobierno, en 2004, cuando se definió a través de un real decreto el pago de una subvención de 0,44 euros por kilovatio producido para las instalaciones solares de cien kilovatios de potencia instalada. Con esta medida, las inversiones se podrían recuperar en el plazo de 15 años, lo que propició una auténtica burbuja fotovoltaica en España.
El anterior ministro de Industria socialista, José Montilla, decidió suspender las ayudas incorporadas en la normativa impulsada por el PP. Sin embargo, su sucesor en el cargo, Joan Clos, optó el año pasado retomar las negociaciones para establecer los límites a las subvenciones a la energía solar, una medida que vendría a despejar los nubarrones que se ciernen sobre este recurso energético y que el sector consideraba imprescindible.
Otro real decreto aprobado en mayo fijaba las nuevas ayudas, que establecen un techo de producción y tienden a la reducción paulatina de las subvenciones.
El Plan de Fomento de las Energías Renovables fija que para el 2010 en España debe haber una potencia solar fotovoltaica instalada de 143,7 megavatios, de los cuales 115 megavatios deben estar conectados a la red eléctrica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.