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Reportaje:Abierto de Australia

España, al asalto de las antípodas

Nadal, Ferrer y Ferrero siguen sin perder un 'set' y buscan el único 'grande' que no ha ganado el tenis nacional

Medianoche y Melbourne atascada. Medianoche y Flintoff Street, su calle principal, tomada por el gentío. Medianoche y las pistas del Abierto de Australia vacías, con el público desperdigado por el centro de la ciudad a una hora desacostumbrada y celebrando a tres españoles victoriosos: Rafael Nadal más Juan Carlos Ferrero y David Ferrer, que se medirán por un puesto en cuartos. El sábado tocó locura, con Roger Federer a un paso de la eliminación y la jornada despidiéndose a las 4.30. El domingo, un desafío. Una apuesta. Un asalto: Nadal se clasificó para cuartos, donde le espera el finlandés Nieminen, tras ver cómo Paul Henri Mathieu se lesionaba en el gemelo derecho (6-4, 3-0 y retirada). Ferrero, implacable desde el primer golpe, se deshizo de David Nalbandián (6-1, 6-2 y 6-3). Y David Ferrer, el tapado, el caballo negro, que le dicen los ingleses, se citó con él hoy en octavos tras ganar a Spadea (6-3, 6-3 y 6-2). Los tres buscan acabar con una excepción: ningún español ha ganado en Australia.

"El problema de Nadal es el calor y el rigor de jugar cinco mangas allá", dice Gimeno
"Federer se prepara en Dubai, más cerca en horarios y clima", argumenta Cascales
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"El problema siempre ha sido el calendario, que es muy exigente", argumenta Antonio Martínez Cascales, técnico de Ferrero, cuando se le recuerda que sólo cinco españoles -Andrés Gimeno, Joan Gisbert, Carlos Moyà, Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez- han alcanzado la final en Australia. "España, por ejemplo, ha jugado finales de la Copa Davis en 2000, 2003 y 2004. Y al mes había que estar en Australia. A los españoles que hacen un buen año quizás les llega muy pronto. Federer lo prepara en Dubai, más cerca en horarios, clima y temperatura. Quizá por eso es al único europeo al que se le da bien, aunque estoy convencido de que un español ganará allí algún día".

Ferrero, su pupilo, aplicado en la receta de ritmo altísimo para ganar a Nalbandián, es el que más cerca ha estado de hacerlo de los tres españoles: fue semifinalista en 2004. Ese dato, sin embargo, ya no le importa. El mosquito vuelve a vivir el presente. "Siempre jugué agresivo, como cuando obtuve mis mejores resultados. Hace falta jugar sin miedo", argumentó ayer.

Para miedo, el que da Ferrer. Para susto, el que les espera a ambos en su partido de octavos. Para tapado, Ferrer, número cinco del mundo, que se oculta hasta en las ruedas de prensa: "¿Ganar yo este torneo? No, imposible. Es muy difícil estando aquí Federer, Nadal y Djokovic. No se me pasa por la cabeza", dijo. Y se fue a descansar. A escuchar a Javier Piles, su exigente entrenador. Y a preparar su partido de hoy, tres de la tarde, calor de mil demonios y dos atletas con raqueta pegándose cien carreras. ¿Siempre fue así? Sí. Y peor, dice Andrés Gimeno.

"En mis tiempos, Australia estaba muy lejos", cuenta el ex tenista, finalista en 1969. "Para los jugadores era un palo ir. No iba nadie. Yo tenía un contrato que me obligaba a jugar los cuatro torneos del Grand Slam. Y se me escapó la oportunidad: jugué muy bien, pero Laver fue demasiado para mí". "Ahora sería bonito ver a Nadal en la final", continúa; "pero el problema es ver si aguanta el calor de Australia y el rigor de disputar allí los cinco sets. Además, está su bestia negra en este tipo de superficies, que es Roger Federer: estas pistas le van muy bien a su juego".

Habla Gimeno de un genio y le viene a la mente otro, responsable de los problemas con los que siempre se encontraron los españoles en Melbourne. El listón de la dificultad lo puso una leyenda: Harry Hopman, el técnico que amamantó a Rod Laver, Roy Emerson, Frank Sedgman o Ken Rosewall, recibió en Australia a un jovencísimo Andrés Gimeno. Rompían los años cincuenta. Los australianos dominaban el mundo del tenis. Y el español descubrió en cinco meses de entrenamientos la razón por la que el torneo fue coto casi exclusivo de los australianos hasta los 80. "No me enseñaron mucha cosa", dice; "sólo a competir. Eso es lo importante. Eran los mejores y de jugar con ellos algo se me quedó: competir".

CUARTA RONDA. HOMBRES: M. Youzhny a N. Davydenko, 7-6 (2), 6-3 y 6-1. J. Tsonga a R. Gasquet, 6-2, 6-7 (5), 7-6 (6) y 6-3. J. Nieminen a P. Kohlschreiber, 3-6, 7-6 (7), 7-6 (9) y 6-3. MUJERES: J. Jankovic a C. Dellacqua, 7-6 (3) y 6-1. S. Williams a N. Vaidisova (RCH), 6-3 y 6-4. M. Sharapova a E. Dementieva, 6-2 y 6-0. J. Henin a H. Wei, 6-2 y 6-2.

ORDEN DE JUEGO: Roger Federer-Tomas Berdych, Novak Djokovic-Lleyton Hewitt y Juan Carlos Ferrero-David Ferrer. TV: Canal + Deportes (9.00).

Ferrero, durante su encuentro con Nalbandián.
Ferrero, durante su encuentro con Nalbandián.AFP

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