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Reportaje:20ª jornada de Liga

Una máquina de ganar

El Madrid derriba a un Atlético impotente - Raúl marca a los 34 segundos y Casillas vuelve a maravillar - Triste triunfo del Barça ante el Racing - Llorente logra para el Valladolid el gol más rápido de la Liga

A los 34 segundos se acabó el partido. Y la Liga no porque el Barça, con suma tristeza, derrotó al Racing. 34 segundos fue el tiempo que tardó Raúl, siempre Raúl, en marcar. Robinho le hizo un roto a cuanto rival le salió al paso y el capitán logró el primer gol, el 11º que le hace al Atlético, su víctima preferida. En ese momento bien pudo caer el telón del partido. Porque el Atlético se vio ante el Everest y, lo que es peor, ante Casillas. Se suponía que la del Calderón era la salida más complicada que le quedaba al mejor líder de los últimos tiempos. ¡Cómo será la más sencilla! Porque el Madrid, agarrado al gol de Raúl se sintió más cómodo que nunca. Y se dispuso a disfrutar.

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El Atlético no le dura un minuto al Madrid

Lo hizo a lo grande. Pese a acumular éxitos hasta aburrirse a orillas del Manzanares (lleva 17 triunfos por ocho del Atlético) no se conoce uno como el de ayer. Tan fácil, tan descansado. Tan demoledor. Ante él se situó un Atlético que lo prometía todo y que mostró su peor cara, lejos del equipo que hace pocas semanas encandilaba a los suyos. Ayer, en el estadio volvió a vivirse esa sensación de impotencia que tanto daño ha hecho a este club. Nueve temporadas consecutivas lleva el Madrid sin perder en este escenario. Ayer volvió a triunfar tanto por méritos suyos como por deméritos de un Atlético al que paralizó el pánico, y cuya defensa tuvo una actuación truculenta, con Pablo a la cabeza.

El Atlético emborronó su brillante trayectoria de mala manera. Y no por el resultado, precisamente, que fue más o menos previsible. Ni por el juego, que no fue peor que en otras ocasiones. Impotente, incapaz, bailado a ratos por el Madrid, acabó sacando el hacha. Perea y Maxi debieron irse a la calle cuando en el tramo final quisieron parar la fiesta madridista a empellones. Sólo Agüero mantuvo el tipo. El Kun demostró que no le asustan los grandes retos. Todo el peligro creado por el Atlético nació en sus botas. Obligó a Casillas (que lleva 559 minutos sin encajar un gol) a disfrazarse de Casillas para sacarle dos goles hechos, en el segundo de los cuales tocó el balón lo justo para enviarlo al larguero. Antes de eso, Motta había mandado un cabezazo a la madera.

Pero el partido, de principio a fin, fue de un Madrid que ya ha ganado en el territorio de los tres equipos que le persiguen, o que al menos lo intentan: 0-1 en el Camp Nou, 1-5 en casa del Villarreal y 0-2 en el Calderón. Ayer dio aún más lustre a su liderato y dinamitó cualquier ilusión que pudiera tener el Atlético, que aspiraba a situarse a siete puntos del líder y está a 13. Sí mantiene la distancia de siete puntos el Barça, que doblegó al Racing, la revelación del torneo, con más pena que gloria. Le bastó al equipo de Rijkaard un tanto de Henry que la afición celebró con menos alborozo que el regreso de Messi, el futbolista llamado a alegrar la vida a un equipo que vive en un desesperante estado de melancolía.

Pero que vive, no como el Atlético, que sigue en puesto de Champions gracias a la derrota de Espanyol en Valladolid. Allí se hizo grande, de nuevo, Llorente, que se hizo un hueco en el libro de récords del fútbol español al marcar a los 7,42 segundos el gol más rápido en la historia del campeonato. Luego lograría otro, el sexto que consigue en ocho días. Sólo Llorente y el nuevo Zaragoza de Garitano hicieron ayer sombra al triunfo de una máquina llamada Real Madrid.

Van Nistelrooy celebra su gol, el segundo del Madrid, con Sneijder.
Van Nistelrooy celebra su gol, el segundo del Madrid, con Sneijder.CLAUDIO ÁLVAREZ

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