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González carga contra "este PP" y reclama una victoria como la de 1982

El ex presidente pide a CiU que cuando toque pactar no olvide la acción del PSOE

Muy pequeño se quedó ayer el pabellón olímpico de Vall d'Hebron para acoger el primer acto de precampaña del PSC con un invitado de lujo: el ex presidente del Gobierno Felipe González, y de qué manera. Además de acometer contra el PP, cómo hicieron el presidente de la Generalitat, José Montilla, y la cabeza de lista por Barcelona, Carme Chacón, González lanzó un aviso a CiU. Primero criticó a sus "amigos" nacionalistas, con los que se había entendido en tantas ocasiones, por defender que es lo mismo José Luis Rodríguez Zapatero que Mariano Rajoy, en lo que sólo ve intereses "mercantiles" de partido o de "subasta electoral", nada propio de una formación que dice defender un proyecto de país. González les instó a cambiar de actitud, manifestó que no considera "serio" el discurso de CiU y les retó a poner en una "balanza" lo hecho por el PP o por los socialistas en favor de Cataluña. Asimismo señaló: "La inversión en Cataluña sólo ha tenido dos puntas históricas excepcionales, una con un Gobierno que presidía yo y la otra con Zapatero".

En una plaza favorable y con la audiencia entregada, González aseguró que no iba a ser prudente y que alguien de su partido debe decir al PP que "cómo se atreven a decir que Zapatero engaña a los ciudadanos cuando ellos, con Aznar a la cabeza, han realizado las mentiras más lastimosas que se han soportado en este país". El ex presidente iba lanzado y cargó contra el flamante número dos de los populares por Madrid, Manuel Pizarro, al que comparó con el portavoz del PP Eduardo Zaplana, y descalificó a ambos indicando que "en política hace falta tener compromiso, pero no un compromiso mercenario como ellos dos". González admitió que el ex presidente de Endesa es "un hombre inteligente y buen financiero, pero una cosa es decir que sea un gran empresario y otra muy distinta si será un buen político".

Con semblante serio, el ex presidente español arremetió contra el comentario de Pizarro acerca de su motivación para dar el salto a la política debido al respeto que le merecen las víctimas del terrorismo. "Ahora vivimos un periodo con poca actividad terrorista", expuso González, "y aunque ETA hoy pueda matar, quizá el gesto de Pizarro hubiese sido más oportuno hace 10, 15 o 20 años. No es razonable".

También hubo palabras para el candidato del PP, Mariano Rajoy, y su lista, que González denominó "paquete Rajoy" y que cuenta con el ex presidente Aznar, Zaplana y "algún candidato a premio Nobel como Acebes". González hizo suyas las palabras de Montilla y llamó a una gran victoria como en 1982 para provocar la renovación de "este PP" y cambiarlo por una "derecha democrática".

El balance de la política desarrollada por el Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero en materia económica es positivo y hay que defenderlo en campaña ante los ataques del PP, afirmó González, y aseguró que la desaceleración "no es tan exagerada" como algunos pronostican, ya que los socialistas "han hecho las cosas bien" durante la legislatura que está a punto de acabar. El ex dirigente socialista aseguró que el ministro de Economía, Pedro Solbes, "sabe que dos más dos son cuatro" y "se ha preocupado de mantener el tanque lleno de gasolina y de tener, además, dos millones de litros de gasolina al lado por si hace falta".

El amo y señor de las parábolas

Dicen los clásicos que el triunfador en la batalla era recibido por los suyos en olor de multitudes. Pues bien, ayer Felipe González parecía Jesucristo al entrar en Jerusalén o Julio César recién cruzado el Rubicón. Tras muchas guerras y victorias, Felipe González fue agasajado con gritos de "¡guapo!" y alguno de "¡presidente!" que no molestaron nada al ilustre sevillano, quien no pudo disimular su poderío y ejerció de maestro regalando una lección de cómo se hace un mitin y de cómo se cuenta a la gente lo que tiene que explicársele. "Cuando a Estados Unidos le va mal no me alegro, porque cuando les dan una patada en el culo a nosotros nos duele la espinilla", espetó González para ilustrar sobre la economía abierta sin retorcimientos teóricos. Las señoras se ponían de pie y tapaban a los de detrás, y cuando le pedían que se sentara, una dijo: "Para un día que me arreglo... que me miren, y a ver si me ve Felipe".

González bendijo la política económica de Zapatero y criticó las quejas del PP. Con otro ejemplo, el ex presidente iluminó con gracejo andaluz sobre la situación española, en contra del catastrofismo: "Eso es como ese hombre que le dice a su compadre: 'Oye, ¿cómo está tu mujer?', y el otro contesta: '¿Comparada con quién?'. Pues con la economía es lo mismo, y la economía española los del PP la pueden comparar con la alemana, la francesa o la americana, y estamos mejor". El ex presidente usó personajes a propósito para el tema de que trataba, como el primo de Rajoy al referirse al cambio climático y "los señores de morado que se ponen ese gorrito" cuando hablaba de moral. González dijo estar preocupado por una eventual desmovilización socialista. A pesar de unas viudas de Santa Coloma de Gramenet que pedían pensiones más elevadas y de una treintena de trabajadores de Frape-Behr que lanzaron octavillas, para ser luego repelidos por la solidaridad obrera, quienes estuvieron allí salieron pensando que no hay motivos para temer desmovilización alguna ante tamaña exhibición de músculo político.

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