Los sondeos colocan al PA al borde de la desaparición
El Parlamento de Andalucía ha ido acentuando desde su creación la tendencia al bipartidismo entre socialistas y populares, sobre todo en las tres últimas legislaturas, en las que se ha reducido el papel de Izquierda Unida (IU) y Partido Andalucista (PA). En las próximas elecciones, la formación nacionalista corre el riesgo de desaparecer: los sondeos y estudios de opinión conocidos le otorgan como máximo dos escaños (en la actualidad tienen cinco) y los mismos dirigentes reconocen en privado que la situación es alarmante.
Después de gobernar durante ocho años en coalición con el PSOE en la Junta (1996-2004), el PA atraviesa el valle más profundo de su trayectoria, con los peores resultados en 20 años (6,14% en las municipales de mayo). El decaer del PA es una vieja historia que empezó a fraguarse hace más de una década, con la pelea fratricida de sus líderes fundadores, los ex alcaldes de Sevilla y Jerez, Alejandro Rojas-Marcos y Pedro Pacheco, este último dos veces expulsado. Pero también se cruzan otros vectores: la inconsistencia ideológica del andalucismo (el sentimiento nacionalista en la comunidad es poco relevante), la política errática de sus pactos, indistintamente con PSOE y PP, y las extravagancias personalistas de muchos de sus dirigentes.
Oposición al Estatuto
La puntilla -q ue se reflejó en las municipales- ha sido su oposición a la reforma del Estatuto de Autonomía, en la que propugnaron el no por considerar el texto poco avanzado. La postura desconcertó a su electorado tradicional, acostumbrado a actitudes menos radicales. En estas elecciones los andalucistas estrenan dirección y candidato (Julián Álvarez), un discurso nacionalista redoblado y la guerra abierta a sus antiguos aliados socialistas. Ante lo delicado de la situación, el PA ha sellado una alianza electoral con el PSA (el partido fruto de la escisión de Pedro Pacheco) y también con otro grupo antes integrado en IU, llamado Izquierda Andaluza. Juntos se llaman Coalición Andalucista.
Los andalucistas llegaron a tener cinco escaños en el Congreso de los Diputados en la primera legislatura y representación en el Parlamento de Cataluña. En la Cámara andaluza han registrado muchos altibajos, aunque en 1990 lograron 10 diputados, su máximo histórico.