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LA CALLE / Rutas
Columna
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Matagalls

Cada mes de septiembre y, desde hace 35 años, el excursionismo se cita en una de las travesías clásicas catalanas: la ruta Matagalls-Montserrat. Se trata de una dura y larga travesía de 80 y tantos kilómetros que los más preparados la recorren, mejor dicho la corren, en una docena de horas. Es una cita multitudinaria, pero no al alcance del ciudadano de a pie. Lo que sí está al alcance para personas de todas las edades y condiciones físicas es la ascensión al Matagalls, una de las cumbres más altas del Montseny con sus 1.697 metros. La ascensión desde el Collformic, donde se deja el coche, es un clásico de las excursiones por el macizo del Montseny. La ruta hacia el Matagalls está muy bien indicada. Sólo hay que seguir las marcas blancas y rojas del GR 5.2.

A partir del aparcamiento de Collformic, a 1.145 metros, el desnivel hasta la cumbre es de 552 metros. Es una subida que un caminante medianamente preparado puede hacer en una hora. Aunque lo más razonable es hacerlo en el tiempo que el cuerpo te pida. El primer tramo de la subida es el más duro, junto con la posterior ascensión al Turó Gros. Pasado el pequeño tramo de bosque, sólo quedan ante la mirada del caminante piedras y más piedras. Ningún bosque más ni árbol por el camino. Sólo baja vegetación. Se gana altura rápidamente hasta alcanzar un tramo aplanado que pasa por la falda del Turó d'en Bessa. Tras un rato caminando uno se planta al pie de la fuerte subida al Turó Gros, el mayor obstáculo que superar antes de llegar al Matagalls. Varios sorbos de agua son necesarios en este tramo de la subida.

Un falso llano con pequeñas subidas y bajadas llevan al caminante a la base del último repechón. En dicho tramo, hay multitud de vacas y ovejas, siempre atentos al paso de los excursionistas por el sendero, aunque asustadizas que son, se van retirando al paso de los intrusos.

Antes de llegar a la cima del Matagalls, el caminante se encuentra con la Font Freda, un manantial por el cual brota un agua muy fresca. Desde la cumbre, coronada por una cruz espectacular, se divisa Montserrat. Una mirada para soñar, algún día, en realizar la travesía.

- Observación: Ir con un buen calzado, agua y comida.

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