La feria Bread & Butter arranca con lleno total

Un enjambre de hombres y mujeres cargados de bolsas promocionales recogidas in situ, entre las que destacaba un modelo en plástico dorado y rojo, obsequio de la organización. Éste fue el paisaje que ofrecieron durante todo el día la avenida de Maria Cristina y, por supuesto, los pabellones de la Fira de Barcelona en los que se celebra la feria Bread & Butter. La nueva edición del salón dedicado a la moda urbana saldó ayer su primera jornada con lleno total. Desde primera hora de la mañana fue tomada por visitantes dispuestos a patearse los pabellones de los casi 1.000 expositores, a encontrar la pieza única llamada a convertirse en objeto de deseo de la más exigente fashion victim.

Las colas en los accesos fueron la tónica en un día intenso, que prometía muy buenos augurios a las empresas asistentes. "La feria nos ha abierto muchas puertas", reconocía ayer la diseñadora Sita Murt, recién despachado un importante pedido a unos clientes rusos. Sin duda, se hacía eco del sentir general. Por algo Bread & Butter es el mejor escaparate de Europa. La elegante sobriedad de sus propuestas contrasta con el arrojo de muchos de los diseños expuestos. Pero en el Bread & Butter todo tiene su lugar. Bastaba con echar un vistazo a la indumentaria de los visitantes: desde un bolso en forma de ratoncito de peluche rosa al enorme chaquetón de pelo blanco lucido por una veinteañera, nadie parecía desentonar.