Ni con la ayuda de Wall Street

Pintan bastos en la Bolsa española. Ya ni el empuje de Wall Street arrastra consigo a los mercados en España, al menos ayer, cuando dieron un nuevo atrás; y en esta ocasión contracorriente.

Ayer, sobre el Ibex 35, que perdió un 0,18% y cerró en 14.431,9, no pesaron las constructoras o inmobiliarias, ni la banca, ni ningún sector en concreto. Era el turno de los grandes valores. Los blue chips lastraron al índice selectivo, especialmente Banco Santander. A la entidad cántabra le pesó el anunció de su banco participado en Estados Unidos, Sovereign, de que las turbulencias financieras le obligarían a asumir un perjuicio de 1.580 millones de dólares (1.062 millones de euros) en su resultado del último trimestre de 2007.

Mayor castigo recibieron los grandes valores que los pequeños. Los índices en los que ponderan las pequeñas y medianas empresas avanzaron posiciones frente a las pérdidas del Ibex 35. Sí que le siguió el índice general de la Bolsa de Madrid.

La volatilidad, por su parte, volvió a hacer acto de presencia, como ya acostumbra desde que estalló la crisis financiera. El índice selectivo abrió con pérdidas casi desde el primer momento -cayó por debajo de los 14.350 puntos-, pero a media sesión se impusieron las compras y el color que tiño los paneles era el verde. Fue un espejismo. Minutos antes del cierre, los números rojos regresaron.

En el resto de índices europeos no se notó la resaca de las significativas pérdidas neoyorquinas del viernes. Sí que habían pesado en Asia. Sobre los parqués de Tokio, Seúl o Hong Kong arrecieron las pérdidas durante la noche. En Europa, en cambio, las Bolsas mostraron su cara más optimista casi desde el primer momento, y la acentuaron cuando Nueva York abrió al alza.

Al otro lado del Atlántico, IBM animó las compras. El anuncio de que los beneficios del fabricante de componentes informáticos mejorarían las expectativas de los analistas tiró al alza de los mercados.