El Madrid rentabiliza el riesgo
El equipo de Schuster golea más y es menos goleado que el de Capello pese a rematar menos y recibir más tiros
"Nosotros no podemos jugar con dos pivotes", decía Manolo Ruiz, ayudante de campo de Bernd Schuster en el Madrid, a comienzos de temporada; "nuestra idea pasa por asumir más riesgos. Si funciona, saldremos ganando".
Cinco meses más tarde, la apuesta ha sido un éxito aritmético. El Madrid no sólo es el líder, sino que gobierna la Liga con cifras contundentes. Es el equipo que más puntos (47) consigue en 19 jornadas desde 1969, el más goleador (41) y el menos goleado (14) después del Barça, que ha recibido uno menos. Los promedios generales (goles a favor y en contra, partidos ganados y perdidos...) superan los de la temporada pasada con creces. Sólo en un apartado se detecta una contradicción: los remates. El reflejo del riesgo.
El equipo de Schuster golea más y es menos goleado que el de Fabio Capello pese a rematar con menos frecuencia y recibir más disparos. Es una paradoja que los técnicos explican por el planteamiento táctico. En la caseta de Schuster argumentan que desde agosto el Madrid juega con la defensa más adelantada, lo que genera más ocasiones para el rival. Sin embargo, estas ocasiones suelen ser menos claras, ya que, por lo general, los remates llegan desde fuera del área de Casillas. En el ataque, los entrenadores aseguran que el Madrid es más eficaz porque irrumpe en el área contraria con delanteros más frescos, más dedicados en exclusiva al gol, con menos obligaciones defensivas. Si ahora el Madrid llega menos al remate es, en parte, porque acude menos al pelotazo como recurso ofensivo.
El Madrid bate récords con un juego más plano que imaginativo. Sigue sin alcanzar el requisito de grandeza de sus mejores predecesores. No será recordado por practicar un fútbol de ataque deslumbrante y este debe pesa sobre Schuster. Cuando fichó al alemán, Ramón Calderón declaró que lo hacía porque anhelaba "la excelencia". Este objetivo parece lejano. Al menos, con la plantilla actual, un grupo de jugadores del que Schuster no asume la responsabilidad de su composición.
El técnico suele ser crítico con la forma en que el club hizo los fichajes. Considera que le faltan centrocampistas. No es una opinión infundada. En el actual grupo sólo hay tres especialistas puros: Guti, Gago y Diarra. Los casos de Robben, Sneijder y Drenthe, contratados como volantes, ponen de manifiesto el problema. Ninguno de los tres holandeses se considera un centrocampista nato. Robben asegura que es "delantero", Drenthe cree que es "extremo" y Sneijder dice ser "media punta".
Puestos a analizar las causas del mal juego ante el Zaragoza y el Levante, los futbolistas señalan al mismo punto que su entrenador. "Baptista y Sneijder son delanteros", dijo ayer un veterano con el aire cansino de la resignación.
Es el dictamen emitido por uno de los jugadores más importantes del Madrid por experiencia y prestigio internacional. Una conclusión que intenta explicar la falta de juego de un equipo que hace alarde de su eficacia cada domingo: "Nuestra alineación tiene demasiados delanteros funcionando como centrocampistas y muy pocos centrocampistas verdaderos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.