Prácticas periodísticas con Montilla
Alumnos del IES de Celrà entrevistan al presidente catalán para EL PAÍS de los Estudiantes y la Xarxa de Televisions Locals, que emitirá mañana el programa
Les faltan tres años para ingresar en la Universidad, pero Mar Masferré y África Loureiro prometen esforzarse en sus estudios para obtener suficiente nota de corte que les permita acceder a Ciencias de la Información. El periodismo, dicen, es su futuro profesional. EL PAÍS de los Estudiantes, un programa de este periódico para fomentar la lectura de prensa en los centros educativos e introducir el periodismo entre los más jóvenes, les ha permitido hacer sus primeros pinitos en este oficio. El año pasado, el IES de Celrà (Gironès), en el que cursan cuarto de ESO, elaboró su primer periódico. "Al principio perdimos mucho el tiempo y no nos pusimos en serio hasta última hora. Este año será diferente", confiesa una de ellas. Y, por supuesto, ha empezado a serlo. Ayer, junto a otros cinco compañeros del instituto pudieron entrevistar al presidente de la Generalitat, José Montilla, durante casi una hora, una entrevista que, además, emitirá mañana domingo la Xarxa de Televisions Locals (XTVL) (22.00 y BTV 23.45) y la emisora COM Ràdio (23.00).
Montilla admite que, a pesar de su cargo, es muy difícil cambiar las cosas
Los alumnos inciden en los motivos del desprestigio de la clase política
Hace apenas dos meses les confirmaron su encuentro con el presidente. Colgaron una pancarta a la entrada del instituto para recoger preguntas entre todos los estudiantes. Entre todas ellas seleccionaron 36 que ayer le lanzaron a Montilla, en medio de enormes y potentes focos, cámaras de televisión y micrófonos inalámbricos. Un completo estudio de televisión que la XTVL montó en la sala Torres García del Palau de la Generalitat.
La imagen que tenían del presidente era, confiesan, la que proyecta Polònia, el programa humorístico de TV-3. Un hombre parco en palabras, admiten, un perfil que se evaporó al final de la entrevista. "Pues no es muy calladito, aunque sí muy serio", comenta Mar Masferrer. "Pero dice lo mismo que el resto de los políticos, aunque con diferentes palabras", apostilla su compañera Laura Pagans. "Como si estuviera en campaña electoral", incide la primera. Y su profesora Neus Maserga abunda: "Se ha salido por la tangente en muchas preguntas".
Maserga no parece muy contenta con el resultado. "Se les ha notado muy nerviosos y quizá por este motivo se han saltado alguna palabra de las preguntas, que eran muy concretas, lo cual ha dificultado su comprensión por parte del presidente".
Ocurrió, por ejemplo, cuando Laura tuvo que repreguntar a Montilla si hacía caso de las manifestaciones de protesta o, por el contrario, se lo tomaba como un "desfile de majorettes". "Son expresiones legítimas y las hemos de tener en cuenta, lo que no significa hacerles caso", respondió. También Montilla pareció un poco confuso cuando Roberto Fernández le interrogó sobre si le parecía "maniqueísta" dividir a los ciudadanos entre los de derechas y de izquierdas. "Es que la gente es de izquierdas o de derechas, unos moderados, otros más radicales. No podemos dividirles en blancos y negros, sino que, como en la vida, hay matices", contestó Montilla.
A los siete alumnos les preocupó, sobre todo, la situación de la educación en Cataluña a raíz del último informe Pisa, pero todos ellos incidieron en la "nefasta", a su juicio, opinión que la sociedad tiene de la clase política. "Escuchan muy poco las reivindicaciones de los adolescentes", le criticó una de las alumnas. "En clase, si nos portamos mal nos castigan o incluso nos pueden expulsar. ¿Por qué permiten esos espectáculos en el Parlament?", le espetó Mar. "¿Por qué cobran tanto los políticos?", le recriminó Laura. "Muchos políticos renuncian a sus ideas para mantenerse en el poder. ¿Hará usted lo mismo?", incriminó Núria Cle. "¿Cuál es la causa de que los jóvenes estemos decepcionados con la política?", le volvió a inquirir Mar. "Si usted fomenta la escuela pública ¿por qué lleva a sus hijos a la privada?", insistó otra vez Mar, quizá la más inquisitiva.
El presidente se esforzó por prestigiar la profesión de político. "En la vida hay personas de todas clases. Pues en la política sucede lo mismo, los hay maleducados, también quienes se aprovechan del cargo (...), pero creo que tampoco se cobra tanto. Mucha gente que se dedica a la política, si estuviera en la empresa privada ganaría mucho más dinero. Pero todos los políticos tenemos que tener la maleta preparada, porque es un cargo eventual", se defendió Montilla. El presidente les prometió mejorar la educación en Cataluña, suprimir primero los barracones del instituto de Celrà, y admitió que, aunque sea el presidente de la Generalitat, "a veces es muy difícil cambiar las cosas que quisieras".
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