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Reportaje:

Pesadilla en Memphis

Iavaroni no halla un esquema y sus jugadores, incluido Gasol, empeoran sus números

Robert Álvarez

Los Grizzlies se han convertido en la bicoca y en el tercer peor equipo de la NBA sólo por delante de Minnesota y Miami. Las expectativas en la franquicia de Memphis se han derrumbado tan rápido como se construyeron. Después de un año en el infierno -22 victorias por 60 derrotas-, se apostó por un entrenador como Marc Iavaroni, formado en la admirada escuela de los Suns bajo la sombra de Mike D'Antoni, se invirtió el cartucho del cuarto puesto del draft en el base de Ohio State Mike Conley y se apostó por un pívot del que se espera que explote de una vez, Darko Milicic. A ello se añade la valiosa aportación de un jugador que llegó por la puerta de atrás como es Juan Carlos Navarro. Apenas dos meses después, las derrotas se suceden -22 por 8 victorias y Minnesota es el único equipo con menos triunfos-, el ambiente en el FedexForum es cada vez más enrarecido y el entrenador, los jugadores y el manager general, Chris Wallace, admiten el desastre. En el centro de la polémica, Pau Gasol, el jugador franquicia, criticado por la prensa y de nuevo abucheado, al igual que el equipo, por algunos de los cada vez menos aficionados que acuden al pabellón de Memphis, el menos concurrido con una media de 12.744 espectadores.

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Wallace, el hombre que sucedió en el cargo al mítico Jerry West, subraya "la buena actitud y ética de trabajo de Pau Gasol" y asegura que no contempla planes para incluirlo en un traspaso a pesar de que en sus oficinas se han recibido llamadas al menos de los Hornets Bobcats y los Hawks de Atlanta. "Eso no depende de mí y por tanto pronunciarme no tiene lógica. A mí lo que me gusta es ganar", afirma el pívot español en una entrevista en su página web.

La estadística de Pau ha empeorado este curso. Promedia 17,5 puntos, su peor marca desde que llegó a Memphis en 2001 y casi tres menos que la pasada campaña, y 7,9 rebotes, al nivel de sus peores años en este aspecto. Lo mismo puede decirse de sus números en asistencias (2,8 por partido) y tapones (1,2). Pero el problema del equipo no es ese. Todos los jugadores han empeorado sus números, incluido otro puntal como Mike Miller. Ello evidencia el lastre propiciado por la ausencia de esquemas de juego claros, de criterios en la elección del quinteto y los cambios por parte de Iavaroni -un día Navarro es titular, otro Lowry, otro Jacobsen y así-, de una mayor consistencia y confianza del colectivo y de una defensa de mantequilla que concede una media de 105,5 puntos, la segunda peor del campeonato por detrás de la de Golden State con 106. "Hay factores diferentes, estamos adaptándonos a un nuevo sistema de juego, quedan bastantes secuelas de la temporada pasada que aún se notan pero estamos intentando dejarlo atrás lo antes posible e intentar jugar con actitud positiva y ganar confianza con victorias", argumenta Gasol.

"No deseo apretar el botón de pánico", asevera Wallace, que esgrime como atenuantes las lesiones sufridas por Gasol, Milicic y Conley. "No hemos visto lo suficiente jugar juntos a estos jugadores. Sería prematuro decir hasta dónde puede rendir este equipo". Iavaroni se excusa con un calendario especialmente duro y añade: "Mis jugadores acusan la presión y no lanzan cuando deben hacerlo".

Iavaroni y Gasol durante un entrenamiento de los Memphis Grizzlies.
Iavaroni y Gasol durante un entrenamiento de los Memphis Grizzlies.REUTERS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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