Flexibilización de la presencia en los órganos parlamentarios

El singular régimen de incompatibilidades del PNV impide que su máximo dirigente sea a la vez la cabeza del gobierno, como es habitual en las demás formaciones, que sus presidentes provinciales o locales dirijan las diputaciones y los ayuntamientos; e incluso que los miembros de sus ejecutivas sean parlamentarios, aunque en este punto la prohibición se ha levantado en numerosas ocasiones, como lo prueba el hecho de que los tres presidentes de las ejecutivas provinciales se sienten en la Cámara.

Los dirigentes del PNV saben que, incluso si así lo quisieran, no se puede tocar lo intocable: la incompatibilidad en los cargos ejecutivos de dentro y de fuera. Por eso se centran en ese último flanco, el de los puestos de elección parlamentaria: quieren a los cargos internos en ellos.

La ejecutiva sufrió en este punto en la asamblea general de primeros de diciembre (el equivalente a los congresos de los demás partidos) una derrota reveladora del conservadurismo organizativo de la militancia, que se negó a secundar tanto la modificación del régimen de incompatibilidades como los mecanismos para reforzar la presencia y competencias de la ejecutiva nacional sobre las territoriales, según proponía el EBB.

Sin embargo, "el debate está encima de la mesa y se continuará", sostuvo entonces la redactora de las modificaciones rechazadas, Josune Ariztondo. La mayoría de Urkullu en la nueva ejecutiva retomará la cuestión, confirmaron a este periódico otros integrantes de ella. Lo hará por una vía que sí se abrió en aquel cónclave: la modificación de los estatutos de la formación, donde están consagradas las incompatibilidades, y que en adelante se puede realizar sin esperar a la cita congresual, con sólo la sanción de la asamblea nacional. El momento está por determinar, pero podría abordarse con la elaboración de las listas para las próximas elecciones autonómicas.