_
_
_
_
_
JESÚS DE POLANCO | COMUNICACIÓN

La dignidad de un empresario

Juan Cruz

Jesús de Polanco Gutiérrez, presidente de EL PAÍS, presidente del Grupo PRISA y fundador del Grupo Santillana, murió el 21 de julio de 2007, a los 77 años, tras una enfermedad que él conocía desde hacía mucho tiempo, pero que se le manifestó con virulencia extrema algunos meses antes de su fallecimiento. Ese periodo de enorme sufrimiento ofreció la dramática oportunidad de comprobar, otra vez, la dignidad con la que afrontó todas las circunstancias de su vida, aun las más terribles, y sobre todo las más injustas.

Nació en Madrid, pero era también cántabro, por vocación y por procedencia, y se hizo apasionadamente latinoamericano. Fue un hombre hecho a sí mismo, estudió para abogado, se emancipó pronto y se hizo editor enseguida, "vendedor de libros"; creó Santillana con su socio Pancho Pérez González, cruzó de ida y vuelta el Atlántico y convirtió su empresa de aquí en una empresa iberoamericana que en los últimos tiempos, además, creó ramificaciones muy importantes en Brasil y en Portugal.

En un cuaderno que escribió cuando aún no tenía treinta años explicó cuál creía él que iba a ser la hoja de ruta de lo que debían ser los intereses de su vida, y ahí estaba prácticamente todo lo que hizo después en el mundo editorial, en el ámbito de la comunicación, e incluso en el área de la hostelería. EL PAÍS fue primero un compromiso, adquirido por el fundador, José Ortega Spottorno, para apoyar un proyecto civil en la naciente democracia española, y luego una vocación y un compromiso al frente del cual Polanco ahondó en los rasgos más profundos de su carácter.

Comprometido con el primer director, Juan Luis Cebrián, a mantener por encima de todo la independencia de los profesionales que hacían el periódico, arrostró guerras de accionistas hasta que el periódico consolidó las bases de su crecimiento y la naturaleza de su proyección, y con el mismo espíritu se enfrentó luego a una ignominiosa campaña, gubernamental, judicial y mediática, alentada para hacerle pagar a él y a su grupo de empresas el ejercicio de su independencia.

Eso fue en 1997, 10 años antes de su muerte. Se enfrentó a aquella batida con la gallardía, con la elegancia y con la firme modestia con la que vivió siempre, y con la que murió. Con el mismo espíritu con que emprendió la tarea de EL PAÍS, hizo que PRISA ingresara en Unión Radio, para hacer de la SER la radio líder en España, y entrara en el mundo de la comunicación e Iberoamérica, y creó Sogecable a partir de la experiencia de Canal + y de Canal Satélite Digital.

Era un hombre atento, respondía todas las llamadas que recibía, de su puño y letra contestaba todas las cartas, y aquella dignidad que mostró para afrontar las cosas grandes se convirtió siempre en humildad para escuchar. Era un hombre admirable que dejó un enorme vacío. Su hijo Ignacio, que ya era vicepresidente de PRISA, es ahora su sucesor al frente del grupo. -

Retrato de Jesús de Polanco, obra del pintor Hernán Cortés.
Retrato de Jesús de Polanco, obra del pintor Hernán Cortés.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_