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Análisis:A la parrilla
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Abrir boca

En el sopor navideño, la televisión ofrece un menú ad hoc: Papá Noel y Wooppy Goldberg son compañeros habituales de la resaca. Más raro es que las cadenas propongan innovaciones. Cuatro —Fama ¡a bailar!— y Antena 3 —Al pie de la letra— no tuvieron empacho el martes en abrir boca de lo que ofrecerán en enero. Sendos aperitivos de lo que viene, son concursos, muy diferentes, basados en el espectáculo de gente a la que no sólo no le importa hacer el ridículo en público sino que disfruta con ello. Es el espíritu del tiempo, tal como lo elabora la televisión.

Al pie de la letra es como un karaoke con trampa: se trata de saber si los que concursan saben las letras de las más abominables canciones del momento. La voz no cuenta, la estética tampoco. ¿Algo positivo? La brevedad del aperitivo / pesadilla. Naturalmente, el mejunje fue un éxito —casi cuatro millones de espectadores— que superó, incluso, a los monstruos de Escenas de matrimonio (Tele 5). ¿Un misterio, ese éxito? Para nada: a muchos les sube la autoestima observar la torpeza ajena. Y la noche del día de Navidad es idónea para esas licencias.

Que la fama se suda, es, por contra, lo que emana del primer casting de Fama ¡a bailar! Se suda tanto que los concursantes, con sus dorsales numerados, son examinados como si participaran en unos Juegos Olímpicos. La diferencia entre baile, atletismo y acrobacia se difumina: el saco de patatas queda en evidencia, la madurez es un castigo. Ayer se eliminó a una bailarina, no peor que otros más jóvenes, que confesó, ay, tener 40 años: "Creo que he hecho el ridículo", dijo la chica. El programa copia el mítico modelo de Fama de Alan Parker (1980) y su secuela televisiva (1982-1987), el logo calca el de la teleserie original. Pero son otros tiempos: los 20 seleccionados se encerrarán en una academia y competirán a muerte por ganar un máster internacional de baile. La que les espera, pobrecillos.

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