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Crónica:17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Murcia borra al Athletic

Dos polémicos penaltis forjan un empate que pudo ser un triunfo de los visitantes

El Athletic no juega rápido, juega acelerado; más que velocidad, lo que tiene es corazón, que es algo parecido, pero no es lo mismo. Lo que está claro que no tiene es ritmo. Va y viene por el electro del partido con fuertes subidas y notables bajadas. Da igual que el rival, ayer el Murcia, le conceda al principio el balón, le reciba en su campo, se defienda con nueve y deje dos arriba (Goitom y Baiano, a la buena de Dios). Da igual, el Athletic es un espasmo, un equipo reñido con la continuidad, por más que ayer tuviera en la zona de mando a Yeste y Orbaiz, dos tipos que saben templar, parar y mandar, pero que tienden a desaparecer en algunas lagunas.

Como en los viejos tiempos, el Athletic tiene una salida de alto voltaje, sobre todo ante un equipo precavido como el Murcia, que prefería jugar un futbol muy largo, con balones enviados desde lejos para que Goitom y Baiano tirasen de velocidad y sabiduría, respectivamente, para ganarse el sueldo.

ATHLETIC 1 - MURCIA 1

Athletic: Aranzubia; Expósito, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili; David López (Prieto, m. 88), Orbaiz, Yeste, Gabilondo (Susaeta, m. 65); Etxeberria y Llorente (Aduriz, m. 60). No utilizados: Raúl; Del Horno, Muñoz y Javi Martínez.

Murcia: Notario; De Coz, Ochoa, Mejía, Peña; Abel (De Lucas, m. 85), Movilla, Pablo García, Regueiro; Baiano (Richi, m. 89) y Goitom (Íñigo, m. 76). No utilizados: Carini; Arzo, Jofre e Iván Alonso.

Goles: 1-0. M. 45 (+2). Penalti por mano de Movilla. Lanza Orbaiz, rechaza Notario y Koikili marca. 1-1. M. 54. Penalti de Ocio a Abel que transforma Baiano.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Ocio (m. 86) por dos amarillas. Amonestó a Amorebieta, Ochoa, Movilla, Etxeberria y Goitom.

Unos 35.000 espectadores en San Mamés. El club impidió la entrada a los periodistas de El Mundo.

El repaso fue sonoro, tanto que 'la catedral' enmudeció y comenzó a rezar por las tablas

En uno de sus subidones, Yeste puso su toque habitual para salir de los atascos y dejó el balón en los pies a Gabilondo para que tirase de zurda. El diálogo de zurdos acabó con un centro magistral a la cabeza de Llorente, en el segundo palo, con Notario batido, pero... Llorente no es delantero de jugadas facilonas y su cabezazo se fue a la base del poste con todo San Mamés levantado de sus asientos. La jugada anestesió otra vez al Athletic y permitió crecer al Murcia. Lucas Alcaraz se desgañitaba solicitando a Movilla que sacara al equipo de su campo, pero el centrocampista ya no es el que era y, como el Athletic, juega a pequeños impulsos que le recluyen demasiado por delante de los centrales. Para eso ya estaba Pablo García, que se dejó ver en un par de rifirrafes con Aitor Ocio.

Precisamente esos menesteres ajenos al fútbol devolvieron al Athletic al área del Murcia. No había ocasiones porque el Athletic no está para estadísticas lujosas. Suma llegadas al área que no equivalen a ocasiones de gol. Un juego peligroso de Mejía con Etxeberria, dentro del área, no sancionado por el árbitro, fue la acción más peligrosa de un Athletic tan insistente como evidente. Faltas, libres directos e indirectos, eran recibidas por la catedral con el boato que le dedican los campos ingleses a esas acciones. Todo acababa en la cabeza de los centrales murcianistas o en la barrera hasta que en la prolongación del primer tiempo llegó una jugada polémica. Yeste lanzó un libre directo, Movilla estiró el brazo (¿como protección?, ¿por instinto?, ¿voluntariamente?) que el árbitro decidió como penalti. Fue una jugada tremendamente polémica no tanto por la decisión arbitral como por lo subsiguiente. Lanzó Orbaiz, rechazó Notario y llegó Koikili para empujar a la red. El Murcia se quejaba de que habían entrado en el área antes del lanzamiento. Lo cierto es que los del Murcia también entraron, aunque con una lentitud que desconfiaba de su portero.

Estaba claro que la polémica presidía el partido por encima del fútbol. A los ocho minutos de la reanudación, un forcejeo entre Ocio y Abel el árbitro lo consideró como penalti. Pudo serlo, pero Álvarez Izquierdo no quiso hacer sangre y perdonó la segunda amarilla al defensa rojiblanco. Baiano, con mucha calma, engañó a Aranzubia y logró el empate. Ambos goles, ambos penaltis, significaban para cada equipo su primer tiro a puerta del partido. El Murcia mostró su mejor cara, como si hubiera encontrado la pócima. El repaso fue monumental. Una vaselina de Abel se fue al larguero, un cabezazo de Regueiro exigió al mejor Aranzubia. Sólo había un equipo sobre el campo, un equipo que no había existido durante 45 minutos, tuvo una presencia monumental en el segundo, demostrando que el miedo no es buen amigo en el fútbol. Sin tacticismos, Abel y Goitom brillaron con luz propia. El repaso fue sonoro, tanto que la catedral enmudeció y comenzó a rezar por el empate. El equipo timorato del principio se convirtió en un diluvio sobre el área de Aranzubia. Se fue con buena pinta el Murcia, pero con mala cara porque regaló dos puntos. Quizás porque regaló un tiempo.

Orbaiz empuja a Abel.
Orbaiz empuja a Abel.TXETXU BERRUEZO

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