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Crónica:17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valladolid se ofusca

El cuadro de Mendilibar, presa de la precipitación ante el Betis

La primera vuelta no ha finalizado, pero ya hay equipos que se juegan la vida en cada partido. O eso parece. El Betis y el Valladolid, en descenso uno, al borde el otro, se repartieron un punto, un partido espantoso y la sensación de que ése puede ser su sitio hasta el final de la temporada y que el estado de nervios con el que se movieron ayer en el césped va a ser su estado habitual. Chaparro había amenazado con ganar donde los grandes no lo habían conseguido, pero en Zorrilla no son los grandes los que lo tienen fácil; son los otros, los que pelean abajo, los que suelen aprovecharse del Valladolid, un equipo aseado, de buen fútbol, pero al que los resultados han ido aplastando hasta encontrarse en esta situación.

VALLADOLID 0 - BETIS 0

Valladolid: Sergio Asenjo; Cifu, Alexis, Rafa, Marcos; Álvaro Rubio (Borja, m. 80), Vivar Dorado (Diego Camacho, m. 60); Sisi, Víctor (Ogbeche, m. 74), Sesma; y Llorente. No utilizados: Alberto; Óscar Sánchez, García Calvo y Javier Baraja.

Betis: Casto; Ilic, Juanito, Rivas, Fernando Vega (Babic, m. 87); Somoza (Fernando, m. 55), Arzu, Rivera (Melli, m. 80); José Mari, Pavone y Edu. No utilizados: René; Damiá, Rodri y Caffa.

Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Vivar Dorado, Somoza, José Mari, Sesma, Marcos, Pavone, Ilic y Juanito.

Unos 16.000 espectadores en Zorrilla.

Mendilibar regresó a su versión original: a correr, presionar y no permitir al rival un solo movimiento sin dos jugadores encima. El ritmo inflamable del Valladolid provocó el derrumbe en la defensa del Betis: Rivas se pegaba un sofocón en cada carrera con Llorente, Fernando Vega terminaba mareado con el gambeteo de Sisi, Ilic no alcanzaba a ver pasar a Sesma. Pero el voltaje elevado terminó por perjudicar también al Valladolid porque la velocidad se convirtió en premura y en el minuto cinco el ambiente era el del descuento y la capacidad para aprovechar los regalos del Betis se convertía en precipitación de los delanteros.

Chaparro no hizo nada por modificar su suerte, no reaccionó, no hizo ningún cambio ni alteró el plan inicial, pero el partido fue inclinándose del lado del Betis, que había iniciado el partido con una idea: terminar con la portería a cero y marcharse de vacaciones sin una derrota de la que arrepentirse. El empate pudo cambiar igual que la pasada semana contra el Sevilla, con una ocasión de libro de Ogbeche, que el nigeriano, otra vez, no supo rematar.

Marcos agarra a José Mari para impedirle el remate.
Marcos agarra a José Mari para impedirle el remate.EFE

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