Casillas y Baptista, las guindas del pastel
La aplastante superioridad física sobre el Barcelona, el estado de gracia en que vive Casillas, bien pertrechado por Pepe, y la pólvora prendida por Baptista, Raúl y Van Nistelrooy, le valieron al Madrid su segundo triunfo liguero en el Camp Nou en los últimos 24 años.
- Casillas. Para bestia negra del Barça, él. Rozó la perfección. Evitó el 1-0 por dos veces: primero en una salida a pies de Iniesta y acto seguido con una demostración de agilidad y reflejos para repeler un disparo de Ronaldinho. No fue tan requerido después, pero cumplió en dos remates de Iniesta y en otro de Bojan.
- Pepe. Espléndido en su marcaje a Eto'o. El primer remate del partido fue suyo, adelantándose a Puyol y conectando un cabezazo que exigió los reflejos de Víctor. Se interpuso en sendos remates de Eto'o, lo cual habla bien a las claras de la colocación y concentración que mantuvo a lo largo de todo el partido.
- Sergio Ramos. Lidió con Ronaldinho. Más rápido que el gaucho, no tuvo problemas cuando se anticipó. Sin embargo, cuando Ronnie lo encaró con el cuero en los pies, sudó tinta. No fue por su culpa, pero por su lado fue por donde, en algunos minutos, se desestabilizó el juego madridista, especialmente cuando Iniesta basculó hacia la izquierda del ataque azulgrana.
- Raúl. Trabajó con el entusiasmo y la insistencia de un juvenil para dificultar la salida de balón del Barça a través de Márquez y Milito. Conectó con quien se atreviera a pisar la línea de tres cuartos madridista fuera Van Nistelrooy, a quien habilitó con un estupendo pase en profundidad aunque la acción fue anulada por fuera de juego, o fuera Baptista, con quien combinó en la acción que concluyó con el tanto del brasileño.
- Robinho. Puyol le echó el lazo y le costó desmarcarse y ofrecerse. Lo hizo en el minuto 20 pero el magnífico y larguísimo pase de Cannavaro lo inutilizó el tiralíneas defensivo azulgrana. En el primer contraataque del Madrid desbordó al capitán azulgrana y forzó la tarjeta. Picoteó por todo el frente de ataque y, tras un centro de Van Nistelrooy, se recreó tanto que permitió que Márquez desbaratara la ocasión.
- Van Nistelrooy. Una pesadilla para la cobertura del Barcelona. Espléndido en el gol madridista. Le devolvió un regalo de lujo a Baptista. Se complementó con Raúl, con el que se entendió a las mil maravillas. Le faltó lo que suele sobrarle, remate. Sólo encañonó una vez y lo hizo demasiado cruzado, tras un buen pase de Baptista. En contrapartida, el ataque del Madrid se benefició de su excelente sentido ofensivo del juego.
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